«Me arrodillé por la verdad»: Esgrimista estadounidense se niega a competir contra rival transgénero y alza la voz por las mujeres

Stephanie Turner, atleta de esgrima de los Estados Unidos, protagonizó un acto que ha resonado en las conciencias de muchos creyentes y defensores de la verdad bíblica. Durante el Torneo Cherry Blossom, llevado a cabo en la Universidad de Maryland, Turner se negó a competir contra Redmond Sullivan, un esgrimista que se identifica como mujer,…

Universidad de Maryland – En medio de un mundo donde la verdad muchas veces es silenciada, una joven esgrimista decidió ponerse de pie… arrodillándose.

Stephanie Turner, atleta de esgrima de los Estados Unidos, protagonizó un acto que ha resonado en las conciencias de muchos creyentes y defensores de la verdad bíblica. Durante el Torneo Cherry Blossom, llevado a cabo en la Universidad de Maryland, Turner se negó a competir contra Redmond Sullivan, un esgrimista que se identifica como mujer, pero que biológicamente es varón.

En el momento en que debía iniciar su participación en la prueba de florete femenino de la División 1A, Turner se quitó la mascarilla y se arrodilló solemnemente, mientras decía con convicción:
“Soy una mujer, él es un hombre, y esto es un torneo femenino. No voy a competir”.

Este acto le costó una tarjeta negra, la eliminación del torneo y una posible suspensión de dos meses. Pero a cambio, ganó algo mucho más valioso: la paz de conciencia y la firmeza de haber defendido los principios que Dios ha establecido desde la creación.

Una decisión guiada por la fe

“Sabía lo que tenía que hacer”, dijo Turner en entrevista con Fox News. “La Asociación de Esgrima de los Estados Unidos no ha escuchado las objeciones de las mujeres. Desde que vi que Redmond iba a competir, dije: ‘Vale, hagámoslo. Voy a arrodillarme’. No podía quedarme callada”.

Turner explicó que Redmond Sullivan se le acercó y le preguntó con amabilidad si estaba bien. A lo que ella respondió con respeto:
“Lo siento. Te tengo mucho cariño y respeto, pero no voy a competir”.

Su respuesta no fue de odio ni de rechazo personal, sino una manifestación clara de que la verdad no se puede diluir por conveniencia social.
La Palabra de Dios es clara:

“Varón y hembra los creó” (Génesis 1:27)
“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo!” (Isaías 5:20)

Redmond Sullivan, esgrimista transexual contra la que se negó a competir Stephanie Turner

Una batalla espiritual, no deportiva

Stephanie Turner no libró una batalla con espadas, sino con principios. En un mundo donde la verdad es relativizada, ella escogió arrodillarse no ante el sistema, sino ante su conciencia y ante Dios. Fue una decisión valiente, digna de alguien que ha entendido que el cuerpo, el sexo y la identidad no son meros constructos, sino realidades creadas por el Creador.

“No se conformen a este mundo”, nos exhorta Romanos 12:2. Y eso fue exactamente lo que hizo Turner: no se conformó a la presión mediática, ni al temor de perder una competición, ni al miedo a ser tildada de intolerante. Su acción nos recuerda a los jóvenes hebreos en Babilonia que se negaron a inclinarse ante la estatua del rey Nabucodonosor, dispuestos a enfrentar el horno de fuego con tal de no traicionar a su Dios.

Un precedente desde el gobierno

El debate sobre la participación de personas transgénero en deportes femeninos también ha llegado a los niveles más altos del poder. El expresidente Donald Trump recientemente firmó una orden ejecutiva prohibiendo la participación de varones biológicos en categorías femeninas.
“No permitiremos que los hombres las golpeen, las lesionen y hagan trampas contra nuestras mujeres y nuestras niñas”, declaró.

El clamor por justicia y verdad

Hoy, la voz de Turner se alza como un clamor por justicia, por protección y por respeto a la verdad biológica y espiritual. Su gesto no es uno de odio, sino de amor a la justicia y fidelidad a su fe. Como dice Proverbios 31:8-9:

“Abre tu boca por el mudo, en el juicio de todos los desvalidos. Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende la causa del pobre y del necesitado.”

En tiempos de confusión, Turner nos recuerda que a veces arrodillarse es la forma más poderosa de ponerse de pie.

Stephanie Turner

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