Por lo general el término prosperidad está relacionado solo con dinero, sin embargo, es una palabra cuyos sinónimos van desde bonanza, bienestar, felicidad, progreso, expansión, éxito, auge y esplendor
Dios propicia que la vida de una persona alcance bienestar, progreso, éxito y felicidad como producto de la transformación interior que Él hace en quienes están dispuestos a seguir Sus instrucciones.
Encontramos que la prosperidad está íntimamente relacionada con la voluntad, nuestra mente y emociones que se encuentran en el alma. “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2 RV1960), fue el saludo de Juan a Gayo, un fiel miembro de la iglesia que acogía a los siervos viajantes.
Aunque se habla de un “Evangelio de la prosperidad” la Biblia advierte que “… todos los males comienzan cuando solo se piensa en el dinero. Por el deseo de amontonarlo, muchos se olvidaron de obedecer a Dios y acabaron por tener muchos problemas y sufrimientos” 1 Timoteo 6:10 (TLA).
Aunque en Deuteronomio 8:17-19 (NVI) leemos “Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy su pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados”, también se nos advierte que no hemos venido a este mundo a ser felices. “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo” Juan 16:33 (NVI).
Pero más allá de anhelar la prosperidad económica, los cristianos deberíamos buscar una vida en la que se destaquen los frutos del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Gálatas 5:22-23 RV1960).
Para ilustrar las artistas de la prosperidad entrevistamos a Natalia Aparicio Palacios, quien sigue los pasos del Dr. Guayito Palacios quien dedicó su vida a compartir información financiera dentro de iglesias y organizaciones.
¿Qué es la prosperidad?
La prosperidad tiene una definición distinta para cada persona. Generalmente se refiere a un estado de bienestar y éxito económico, pero también puede abarcar otros aspectos de la vida como la salud, felicidad, desarrollo personal, comunitario, espiritual, profesional, entre otros.
La prosperidad también es vista y es entendida como abundancia en todos los aspectos de la vida incluyendo relaciones personales, crecimiento espiritual, salud física, y contribuciones que impacten y mejoren nuestra sociedad.
¿Cómo los cristianos pueden alcanzar la prosperidad?
La relación con Dios. Dios es el centro de cada área de nuestras vidas, siempre y cuando nosotros lo coloquemos a Él de primero y busquemos primero el reino de Dios todas las demás cosas vienen por añadidura.
La integridad y ética. Debemos seguir los principios bíblicos que Dios nos muestra acerca de la integridad y ética en cada área de nuestra vida sobre todo en las finanzas y las relaciones. Muchas veces esto significa evitar codicia, injusticia, mentiras, y falsos testimonios, por ejemplo.
Generosidad. Dios nos llama a ser generosos como Él ha sido generoso con nosotros. Esto no solamente se refiere a dinero sino también a dar nuestro tiempo, amor, gracia, y compasión a los necesitados y aquellos que nos rodean.
Mayordomía. Debemos administrar sabiamente el dinero, el tiempo y los talentos/dones. Reconociendo que todas estas cosas son dadas por Dios y deben ser utilizadas para Su gloria y honra. Para ello lo mejor es capacitarnos para poder cumplir con ello de la mejor manera posible y con excelencia.
Oración y confianza. En los tiempos difíciles es cuando Dios aprovecha para mostrarnos quién Él es, probar nuestra fe y nuestro corazón, y en este momento que se define realmente en quién estamos confiando.
Por: Marly Leonzo.
Fuente: Natalia Aparicio Palacios. Asesora y conferencista en Prosperidad Global (fundada por el Dr. Eduardo Palacios), Empresaria y fundadora de ENPOWER podcast y CREATIVE GROUNDS, proyectos dedicados al crecimiento y desarrollo personal como profesional, promoviendo el emprendimiento y buena administración financiera a los jóvenes y adultos.
La bendición del Señor trae riquezas que no vienen acompañadas de tristezas
Proverbios 10:22 (NVI)