Obstetra ora por cada recién nacido en la sala de partos

Doctor proclama bendiciones sobre los bebés que atiende al nacer

Doctor proclama bendiciones sobre los bebés que atiende al nacer

En un mundo donde la medicina suele estar dominada por la ciencia y la tecnología, un obstetra ha decidido hacer espacio para la fe en uno de los momentos más sagrados y esperados de la vida: el nacimiento. Según reportó el medio cristiano Acontecer Cristiano, este médico ha hecho de la oración una parte integral de su labor profesional, afirmando que ora por cada bebé que nace en sus manos.

“Con cada nacimiento, oro por cada vida y proclamo palabras de bendición en la vida de ese recién nacido”, declaró el doctor, cuyo nombre no fue revelado por el medio pero cuya historia ha conmovido a miles de creyentes en redes sociales.

Su gesto, aunque simple en apariencia, refleja una convicción profunda de que su trabajo va más allá de lo clínico: “Sé que no solo estoy asistiendo un parto; estoy siendo parte de un momento divino. Cada bebé es una creación única de Dios, y siento la responsabilidad de interceder por su vida desde el primer instante”, añadió.

Esta práctica no ha pasado desapercibida. Compañeros de trabajo, enfermeras y madres que han dado a luz bajo su atención han compartido testimonios sobre el ambiente de paz y solemnidad que se respira en la sala de partos cada vez que el doctor hace una breve pausa para orar. Algunos aseguran que sus palabras no solo tranquilizan a los padres, sino que también elevan el momento a una dimensión espiritual que rara vez se experimenta en un hospital.

El obstetra ha dicho que su motivación proviene de su fe cristiana, y que ha sentido el llamado de Dios para ejercer su profesión como un ministerio: “No puedo separar mi vocación médica de mi fe. Orar por cada niño es mi manera de honrar al Creador de la vida”.

No es el único. En los últimos años, varios profesionales de la salud en todo el mundo han hecho públicas sus historias de cómo integran la fe con la práctica médica: desde enfermeros que oran por sus pacientes en cuidados intensivos hasta cirujanos que inician sus jornadas pidiendo dirección divina. Sin embargo, la labor del obstetra resalta especialmente por el simbolismo del nacimiento como nuevo comienzo.

Aunque su gesto ha generado comentarios positivos en su mayoría, también ha despertado ciertas críticas en contextos donde se promueve la estricta separación entre religión y servicios de salud pública. Ante esto, el doctor ha sido claro: “Jamás impongo mis creencias. Oro en silencio, con respeto. Pero estoy convencido de que esas oraciones marcan una diferencia, incluso si nadie más las escucha”.

En su práctica cotidiana, cada parto es una oportunidad de esperanza. El médico asegura que muchas madres, al saber de su hábito de orar por los recién nacidos, se sienten conmovidas e incluso solicitan oraciones específicas. “Algunas me piden que ore por salud, por protección, o simplemente para que el niño crezca con un corazón lleno de fe y amor. Es un privilegio poder hacerlo”.

Este testimonio se suma a una larga tradición de médicos creyentes que ven su ejercicio profesional como un llamado al servicio, no solo de los cuerpos, sino también de las almas. En un entorno muchas veces marcado por el estrés, el sufrimiento y las emergencias, la oración de un obstetra puede parecer un gesto minúsculo; sin embargo, para quienes lo viven, representa una semilla de fe sembrada en el primer instante de vida.

Y tal vez, en medio de tantos avances científicos, no está de más recordar que la medicina también puede ser una obra del espíritu.

es_ESSpanish