Por: Ezra Orozco
Emprendedor y educador financiero comprometido a ser próspero.
La Biblia es una fuente inagotable de sabiduría para guiarnos con éxito en todos los ámbitos de la vida. Uno de los versículos que más ha impactado mi vida se encuentra en Génesis 2:15 “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrase y lo guardase”.
De allí he podido entender tres principios fundamentales para tener éxito en cualquier cosa que emprenda. Dios nos ha puesto a todos en un huerto:
1 Debemos brillar.
2 Debemos labrar.
3 Debemos guardar.
¿Cuál es ese huerto donde estás hoy? ¿Eres empresario, estudiante, ama de casa o trabajador de la iniciativa privada? ¿Desarrollas algún oficio o trabajas por cuenta propia? En esa área es donde Dios te tiene y es justamente donde debes brillar, debes ser sal, luz y tener un desempeño que todos puedan ver que el nombre de Jehová es invocado sobre ti.
Tu tarea es labrar y guardar la tierra, hacer productivos los recursos que tienes a tu disposición, hacer que se den buenos resultados, lograr un impacto positivo.
Todos tenemos, por lo menos, tres recursos que debemos hacer productivos: tiempo, conocimiento y dinero.
De ellos el más valioso es el tiempo, porque no lo podemos reponer. Cierto autor dijo que una característica fundamental de las personas que tienen éxito es la manera en que manejan su tiempo. Ellas invierten su tiempo, rara vez lo desperdician.
¿Cómo estás manejando tu tiempo? ¿En qué lo inviertes o en qué lo desperdicias? ¿Cuánto tiempo y dinero inviertes en alguna actividad? Eso es un indicador del nivel de importancia que tiene tal o cual cosa.
El conocimiento es otro recurso que debes aprender a utilizar. En realidad no importa cuánto sabes, lo que importa es cuánto aplicas lo que sabes.
Te invito a hacer un inventario de todo lo que sabes o te gusta hacer. Luego, te escribe cómo piensas ponerlo en práctica. No tienes idea la cantidad de personas que están esperando ser bendecidas con tu conocimiento, así que no tardes en tomar acción porque los talentos que no se usan, se pierden.
Por último, el dinero, un tema muy delicado e importante por la incidencia que tiene en todos los aspectos de la vida. El dinero es un excelente siervo, pero un pésimo amo.
¿Cómo estás administrando tu dinero? ¿Cómo estás administrando el dinero que Dios te ha confiado?
En Hageo 2:8 se nos enseña que Dios es el dueño del oro y la plata. Deuteronomio 8:18 nos recuerda que Él es quien nos da el poder de hacer riquezas. Así que todo procede de Él y de lo recibido de Su mano, 1 Crónicas 29:14.
Recuerda brillar en el sitio donde estés porque allí es el huerto donde Dios te puso a hacer productivos los recursos que te ha confiado y a administrarlos sabiamente.