Por: Lucky Urrutia de Montúfar
Equipo pastoral iglesia Casa de Dios.
Ministerio de intercesión.
Sin duda nací en el lugar más hermoso de la tierra, creo que no podría vivir en otro país que no sea este. He viajado mucho al interior y su paisaje siempre cautiva mis sentidos: la densa selva, sus volcanes, sus lagos, la arena negra y no digamos su gente, siempre risueña y gentil, sus niños de talla pequeña con ilusión van a la escuela, mientras que los padres aun tienen esperanza de heredarles un mejor futuro, aun así, vemos jóvenes dejar sus tierras y aventurarse en búsqueda de mejorar su vida.
Debo decir que no me es indiferente el interés que tiene Satanás por poseer las naciones. Conozco la batalla entre el reino de Dios y el reino de Satanás donde la humanidad es el campo de batalla.
La batalla es evidente cuando vemos que a nuestro alrededor el poder de Satanás es totalmente destructivo en todos los sentidos, mintiendo, engañando, falsificando, fingiendo, distorsionando. Con todas estas tácticas busca atacarnos y controlarnos como sociedad y como individuos ¡no hay victoria sin oración!
También conozco y he experimentado el poder de la oración, esa oración que obra a favor de quienes la hacen con fe, con amor y disposición, eso me hace levantarme en oración a favor de nuestra amada Guatemala, cada día somos más quienes nos ponemos a la brecha por nuestra nación.
En los últimos diez años he podido observar cómo hemos crecido en unidad, como iglesia, con un mismo interés de ver una Guatemala libre donde el Evangelio sea predicado, donde haya dirección sabia y seguridad (Prov. 11:14).
Jehová promete sanar nuestra tierra, perdonar nuestros pecados si nos convertimos de nuestros malos caminos, dado que, en esta nación invocamos el nombre del Señor, oramos y buscamos Su rostro, estamos seguros de que como nación seguiremos viendo grandes cosas, Dios nos está sorprendiendo a pesar del pronóstico deprimente para este mundo en los próximos años, estoy segura que la oración seguirá dando su fruto.
Finalmente, nuestra oración es eso: una expresión de nuestra esperanza, de confianza en nuestro Dios, basada en lo que Jesucristo logró en la cruz, Él ha heredado las naciones, de manera que tenemos seguridad de acercarnos a Dios y pedir, porque Sus promesas son sí en Cristo.
Oremos
Padre celestial, Guatemala es bienaventurada porque Tú eres su Dios (Salmo 33:12), te pedimos por nuestros gobernantes y por todos los que están en eminencia para que vivamos quieta y reposadamente (1Tim 2:1-2), gracias por disponer tu corazón siempre a las necesidades de esta nación, tus ojos y tu oído presto al huérfano y al oprimido (Salmo 10:17-18), que tu consejo permanezca para siempre por todas las generaciones y que tu Evangelio sea conocido y recibido por todos los guatemaltecos, que seamos testimonio al mundo de que Tú riges esta nación. Amén.