Por Dr. Jorge H. López
Pastor General de Fraternidad Cristiana de Guatemala
La Biblia hay que creerla para ser salvo, hay que practicarla para ser santo y hay que predicarla para cumplir la Gran Comisión. La Biblia es nuestro manual de fe y conducta, y por eso debemos leerla todos los días. Eso lo aprendí de mi abuela materna doña Gerónima viuda de López, que de cariño le decíamos Choma. Ella no sabía leer, pero era una predicadora ferviente del Evangelio; por eso siendo yo un niño, ella me llevaba con ella para que le leyera la Biblia frente a las personas y luego ella predicaba. Allí aprendí el buen hábito de leer la Biblia. Años después, yo tendría alrededor de 12 años cuando mi abuela Choma estaba agonizando, estaba a punto de morir, a los 91 años de edad. A medianoche mandó a llamar a su nieto Jorge, y llegué yo. “Arrodíllate aquí” – me dijo -, me arrodillé a la orilla de su cama y mi abuelita puso las manos sobre mi cabeza y empezó a bendecirme y empezó a pedir a Dios: “Dios guarda a mi nieto, prospéralo, hazlo un siervo tuyo que predique el Evangelio”. En fin, me dio una bendición de esas extraordinarias que rara vez uno oye que se dan, excepto cuando las lee en la Biblia. Falleció dos horas después de darme esa bendición. Mi abuelita no me dejó una cadena de oro, no me dejó una cuenta de banco, tampoco me dejó una propiedad, mi abuelita no me dejó nada, pues no tenía nada que dejarme de lo material y lo poco material que tenía como sus muebles y cosas le quedaron a sus hijas. A mí me dejó algo que es lo que me tiene hoy aquí, feliz, satisfecho y bendecido. Me dejó su bendición y el ejemplo para convertirme en un predicador del Evangelio, que sigo practicando a la fecha en Fraternidad Cristiana de Guatemala y a donde el Señor me mande.
La Biblia en 2 Timoteo 3:16 dice: que “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia”, por eso debemos tener fe en que lo que leemos es inspiración del mismo Dios a través del Espíritu Santo a sus siervos y que ha quedado para conocerlo, honrarlo y proclamarlo como el único Dios.
La Biblia nos enseña que Dios es todopoderoso; lo podemos leer en el Génesis. Nos enseña que es fuerte guerrero; lo podemos leer en Josué, Jueces y los libros históricos. La Biblia también nos enseña lo amoroso que Dios es; lo podemos leer en los libros poéticos. Los profetas nos recuerdan la fidelidad de Dios y en los Evangelios podemos ver en Jesús, el cumplimiento de su Promesa. Las cartas a las iglesias y epístolas nos brindan el plan de Dios para su Iglesia y en Revelación, vemos la esperanza de la humanidad, la vida eterna que todos anhelamos.
Tenemos la buena tradición de celebrar “El mes de La Biblia, pero más que una celebración, que sea un estilo de vida. Que nuestra vida refleje lo que está escrito en Gálatas 5:22 y 23: “En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.”