César Augusto Ayala De León.
Pastor de la Iglesia del Nazareno Camino de Santidad, vicepresidente de Junta Nacional de la Iglesia del Nazareno, miembro del consejo consultivo de Canal 27, presidente de Alianza Evangélica de Guatemala.
Israel, el pueblo de Dios
De todos es conocido, que para hablar de esta nación, nos tenemos que trasladar hacia le vida de un personaje conocido como: “El padre de la fe”, Abram (Mi padre es exaltado), cuyo nombre le fue cambiado tiempo después por el de Abraham (padre de multitudes. Gn. 17:5). Con base a los propósitos divinos, de hacer de él y de su generación una gran nación. Abram, después de haberse quedado detenido en Harán, Dios le manda salir “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición (Gn. 12:1-2).
En obediencia a Dios parte a Canaán y después de obtener al hijo de la promesa, Isaac, se inicia toda una generación bendita. El segundo hijo de Isaac, Jacob; obtiene la bendición de la primogenitura, y es a través de Jacob, a quien también le sería cambiado el nombre al de Israel (“El que lucha con Dios”, Gn. 24:32). Este llegó a tener 12 hijos, de ellos destaca José, que llegó a ser el segundo del Faraón en Egipto. Acortamos la historia. Por razones de hambruna en la región llegaron a morar a Egipto, donde Dios los multiplicó, los engrandeció… fueron esclavos, pero Dios se glorificó y a través de Moisés, fueron liberados y marcharon a sus tierras, que por heredad habían recibido.
Se formaron las 12 tribus, que indistintamente se les llamó “Hijos de Israel”, “El pueblo de Israel” o las “Tribus de Israel”. Bajo la dirección de Josué tomaron posesión de la tierra prometida y formaron así: a“Israel el pueblo de Dios”, una nación que, por su rebelión e idolatría, fueron conquistados y más tarde dispersados por todo el mundo. Pero seguían y seguirán siendo el “Pueblo de Dios”.
Se recuerda la fecha del 14 de mayo de 1948, cuando: David Ben Gurión, presidiendo un consejo provisional del Estado, en la ciudad de Tel Aviv, le dio lectura a la declaración de independencia; con lo cual se fundaba el Estado de Israel, no sin tener fuertes enfrentamientos con sus enemigos hasta la fecha.
Dios en Su soberanía ha cubierto, protegido y bendecido a Israel, y se recuerdan las palabras dichas a Abraham Gn. 12:3 “Bendeciré a los que te bendijeren y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Leamos también Gn. 22:17-18, “de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”.
Israel fue el pueblo que Dios escogió, como pudo haber escogido cualquier otro sobre la faz de la tierra, pero fue Israel. Por ello, como parte del pueblo evangélico guatemalteco, bendecimos esta nación, oramos por ella y atendemos lo que nos dice su Palabra en el Salmo 122:6 “Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman”.