El poder de Dios puede transformar Guatemala

Por: Apóstol Héctor Rodríguez Misión Evangélica Arca de Noé. A lo largo de la historia se ha visto a varias generaciones de líderes políticos agotar los recursos para poder transformar el país, pero se han equivocado en acudir a recursos humanos para traer la solución. Hace miles de años el Señor todopoderoso le habló al…

Por: Apóstol Héctor Rodríguez

Misión Evangélica Arca de Noé.

A lo largo de la historia se ha visto a varias generaciones de líderes políticos agotar los recursos para poder transformar el país, pero se han equivocado en acudir a recursos humanos para traer la solución.

Hace miles de años el Señor todopoderoso le habló al pueblo de Israel por medio del profeta Joel, e indicó que la trasformación genuina traería un avivamiento al pueblo. “Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo” Joel 2:13. Estos son principios inquebrantables que Él estableció donde habla de cambios internos, no superficiales.

Es nuestra responsabilidad alcanzar la misericordia de Dios sobre nuestra Guatemala y nuestras futuras generaciones, pero recordemos que el cambio genuino provoca la promesa de un gran avivamiento. En el versículo 28, del mismo capítulo dice “después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne”. ¿Después de qué? ¡Del cambio que cada ser humano tenga en su interior!

Este principio provocará la promesa. En el libro de los Hechos vemos cómo los apóstoles y discípulos de nuestro Señor, obedecieron cada una de las enseñanzas que Él les dio, se unieron genuinamente y fueron testigos de esta promesa que sigue vigente. Recibieron el poder de lo alto por medio del Espíritu Santo, fueron testigos en distintas partes del mundo, mostraron el poder sobrenatural de nuestro Dios.

El arrepentimiento y la unidad genuina provocan el poder bendito de Dios. Creemos que nuestra nación recibirá esta promesa cuando nos unamos genuinamente y volvamos al diseño original de adoración genuina a nuestro Dios.

Si como pueblo cristiano nos unimos lograremos cambios radicales en nuestra nación. Solo el poder transformador de Dios puede cambiar Guatemala.

Quiero invitarte, querido lector, a que nos unamos en oración y podamos interceder por nuestra nación bendita, fuimos declarados ante el mundo como capital provida, faro de luz a las naciones, manifestemos el poder de Dios, anunciemos el mensaje de Jesucristo y una vez más proclamemos que solo el poder de Dios puede transformar a Guatemala. Dios te continúe bendiciendo.

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