En un hecho que ha generado consternación entre comunidades cristianas de todo el mundo, Brasil fue escenario de la primera boda realizada en la llamada “Iglesia de Lucifer”, un recinto que imita la estructura de una iglesia tradicional pero que rinde culto abiertamente al enemigo de Dios. Las imágenes y videos de este acto, difundidos ampliamente en redes sociales, han despertado una ola de preocupación, oración y llamado al discernimiento espiritual entre creyentes.

En el material visual que circula en línea, se observa cómo los novios —ambos vestidos completamente de rojo— celebran su unión bajo una atmósfera cargada de simbolismo satánico. La novia porta un vestido rojo intenso, una corona plateada y un ramo de flores rojas y blancas. El novio, por su parte, lleva un traje rojo oscuro y zapatos negros. Los asistentes, también vestidos de rojo y con capas que cubren sus cuerpos, participan con solemnidad en el rito.
Lo que más ha llamado la atención es el diseño del templo: arquitectónicamente similar a una iglesia católica, pero adornado con imágenes y símbolos demoníacos, luces rojizas, pétalos de color carmesí y una ambientación que no oculta su inspiración en el ocultismo. Según algunos medios locales, el lugar ha sido bautizado como un espacio “de libertad espiritual”, aunque su nombre y símbolos contradicen abiertamente el mensaje de Jesucristo.
Para la comunidad cristiana, estos hechos no pueden ser tomados a la ligera. Pastores y líderes evangélicos han reaccionado, denunciando este evento como una señal profética del crecimiento de la apostasía y la inversión de valores en los últimos tiempos. “Estamos viendo la realización de lo que la Biblia nos advierte en 2 Tesalonicenses 2:3: ‘Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía’”, declaró el pastor Rodrigo Menezes, desde São Paulo.

El evento ha sido descrito como una celebración del pecado disfrazada de ceremonia religiosa. “Llaman luz a las tinieblas y amor al engaño. Esto no es inclusión, es rebelión espiritual”, expresó en redes sociales una comunidad cristiana de Río de Janeiro. Otros han calificado el acto como “una ofensa directa al Dios vivo”, haciendo un llamado urgente a la intercesión, el ayuno y el despertar espiritual.
En medio de esta realidad, muchos creyentes han encontrado motivación para fortalecer su fe. “No se trata solo de una boda, se trata de cómo el enemigo intenta imitar y pervertir lo sagrado. Nos toca como iglesia orar, advertir, y predicar la verdad con amor pero con firmeza”, explicó la misionera Ana Laura Figueroa, quien actualmente sirve en comunidades rurales del noreste brasileño.
Este evento pone en evidencia que la batalla espiritual es real y cada vez más visible en espacios públicos. Lo que antes se mantenía oculto, hoy se celebra sin pudor, incluso buscando reconocimiento social. Sin embargo, la Biblia nos recuerda: “Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción” (2 Tesalonicenses 2:7).
Ante esto, líderes evangélicos exhortan a la iglesia a mantenerse firme, predicar el evangelio sin temor, y recordar que aunque las tinieblas avancen, Cristo es la luz verdadera que brilla en medio de toda oscuridad.
“Debemos estar alertas. Este tipo de hechos son señales claras de que el regreso de Jesucristo se acerca. No es momento de tibieza, es tiempo de decisión”, concluyó el pastor César Hidalgo, desde Guatemala.