En el mundo entero se conoce sobre la guerra en el Medio Oriente, pero poco de lo que Dios está haciendo. Se conoce que una revolución de Jesús podría esta en marcha.

Existe un número sin precedentes de musulmanes que están optando por seguir a Cristo, especialmente en Irán.

Los iraníes están cada vez más cansados de los ayatolás y de una nación dirigida por las promesas vacías de su teocracia islámica.

Una encuesta interna que se hizo de forma anónima mostró que el 80% prefiere un Gobierno democrático y muchos están abandonando el Islam.

Todd Nettleton de Voice of the Mártires (VOM): “Tenemos un país con una de las tasas de adicción a las drogas más altas del mundo. Un país donde la corrupción es rampante. Donde más de la mitad de la gente vive debajo del lumbral de la pobreza”.

Añadió que el pueblo de Irán está diciendo que si esto es lo que el Islam les ha traído en los últimos 45 años, no están interesados, por lo que quieren saber otras opciones.

Según relata Nettleton, la opción de fe que muchos exigen Jesús y se dice que al menos un millón de musulmanes abandonaron el Islam por el cristianismo.

En muchos sentidos el régimen está buscando solidificar su poder y aplastar cualquier tipo de disidencia.

Los familiares y amigos son más tolerantes que el Gobierno a la hora de abandonar el Islam. Los musulmanes están experimentando sueños y visiones, lo que lleva a encontrar un propósito y una comprensión diferentes de Dios.

El cristianismo también se está extendiendo en Yemen, donde el Proyecto Josué informa que el crecimiento de cristianos es casi el doble del promedio mundial.

Nettleton ve que la monarquía de Arabia Saudita se está volviendo un poco más tolerante con los cristianos y sus iglesias. No necesariamente recibir con los brazos abiertos, obviamente, sino simplemente entender que esto podría suceder, que podría haber cristianos aquí y talvez eso no sea lo peor del mundo. Es un gran cambio con respecto a lo que hubiéramos visto hace 10, 15 o 20 años, puntualizó.

Al buscar en internet “tristeza posolímpica” se encuentran muchos artículos sobre el estado de depresión que aparece después de que se apagan las llamas de los juegos de verano.

Y no solo los atletas quienes den navegar el descenso desde lo más alto de la competencia cuatrienal.