En un contexto de creciente tensión entre los valores del mundo contemporáneo y las convicciones morales tradicionales, un tribunal de Moscú ha impuesto una multa de 2,5 millones de rublos —más de 27 mil euros— a la empresa Apple por negarse a retirar material clasificado como “propaganda LGTBI”, considerado ahora como extremista bajo la legislación rusa.

Este hecho, que marca la primera sanción de este tipo contra el gigante tecnológico estadounidense, es reflejo de un giro legal y cultural en Rusia, que en los últimos años ha endurecido sus normativas para proteger lo que denomina los “valores familiares tradicionales”. En noviembre de 2022, la Duma aprobó una ley que prohíbe cualquier tipo de promoción de la ideología LGTBI, el cambio de sexo y sus representaciones en medios y plataformas. Posteriormente, en 2023, el Tribunal Supremo ruso catalogó al movimiento LGTBI como extremista.

En este nuevo fallo, Apple fue juzgada a puerta cerrada y declarada culpable de una falta administrativa, según informó la agencia estatal RIA Novosti. Aunque no se revelaron detalles del contenido exacto que motivó la sanción, las autoridades reiteraron que su legislación busca evitar la difusión de ideas que puedan atentar contra el desarrollo moral de la niñez, fomentar el desorden social o menoscabar los principios familiares.
Para quienes seguimos el Evangelio, este suceso nos invita a reflexionar sobre el papel de la familia, instituida por Dios como base de la sociedad. En un mundo donde la confusión moral parece ganar terreno, se hace necesario orar con más fervor por las naciones y por los líderes que aún se atreven a sostener principios basados en el orden natural y el diseño divino.

Como cristianos, no estamos llamados al odio ni a la persecución, sino a proclamar la verdad con amor y a defender la luz en medio de la oscuridad. Rusia, al tomar estas medidas, se enfrenta a críticas de organismos internacionales, pero también se erige —para muchos— como un muro de contención ante una corriente global que intenta redefinir el bien y el mal.
Oremos para que en todos los países la familia sea restaurada según el propósito de Dios, y para que el mensaje de Cristo transforme corazones más allá de leyes humanas.