Transformando Pueblos y Naciones: cuando el amor de Cristo se vuelve acción

Desde febrero de 2023 la organización llegó a tres aldeas de Sumpango, Sacatepéquez: Santa Marta, San Rafael El Arado y San José El Yalú, para beneficiar a más de 9,000 personas. En Mateo 22:37-39, Jesús resume toda la ley en dos mandamientos: amar a Dios y amar al prójimo como a uno mismo. Inspirados por…

Desde febrero de 2023 la organización llegó a tres aldeas de Sumpango, Sacatepéquez: Santa Marta, San Rafael El Arado y San José El Yalú, para beneficiar a más de 9,000 personas.

En Mateo 22:37-39, Jesús resume toda la ley en dos mandamientos: amar a Dios y amar al prójimo como a uno mismo. Inspirados por esta enseñanza, en 2022 un grupo de cristianos guatemaltecos dio vida a la organización Transformando Pueblos y Naciones, con la visión de convertir poblaciones rurales en modelos de transformación integral, replicables en todo el país.

Su labor no es casual ni improvisada. Con un plan estratégico de diez años, buscan impactar todas las áreas esenciales del desarrollo humano: educación, salud, liderazgo, espiritualidad, medio ambiente, arte, deporte, seguridad, infraestructura, negocios y familia. A pesar de ser una organización joven, el alcance y la coherencia de sus acciones reflejan una fe profunda, donde el amor al prójimo se demuestra con hechos.

Desde febrero de 2023, trabajan activamente en tres aldeas de Sumpango, Sacatepéquez: Santa Marta, San Rafael El Arado y San José El Yalú, beneficiando a más de 9,000 personas. Una de sus principales motivaciones es acercarse con respeto a las comunidades rurales, escucharlas, colaborar con sus líderes y sumar aliados locales e internacionales que deseen aportar al proceso.

El ministerio no distingue entre fe, edad o condición social. Atienden a todos con el mismo amor con el que Cristo abrazó a los necesitados. Como ellos mismos afirman: “Pretendemos que el evangelio no solamente lo escuchen, sino que también lo vean a través de nuestro ejemplo y de las obras de amor que hagamos por ellos”, explica Edgar Monterroso, impulsor de la iniciativa.

“Toda labor social la vinculamos con la proclamación del Evangelio. Cada donación es una oportunidad para orar por los miembros de la familia que la reciben, y compartir el mensaje de las Buenas Nuevas. También mantenemos una estrecha relación con las iglesias locales, para que no solo sean el punto de partida de la labor, sino también de la continuidad ministerial”, agrega Monterroso.

Más que ayuda material

Iglesias nacionales e internacionales, universidades y organizaciones juveniles han creído en esta visión. Gracias a la generosidad de aliados como la Iglesia Verbo Conexión, la Universidad Panamericana y congregaciones en Reino Unido y Estados Unidos, han sido posibles proyectos que hoy sostienen la economía local o mejoran la calidad educativa en las aldeas.

Con convicción, Monterroso afirma: “Uno de nuestros sueños es ver que estas aldeas se conviertan en ejemplos vivos de que el amor de Cristo sí transforma. No solo el alma, sino también el entorno: las relaciones familiares, la salud, la educación, los valores y el trabajo. Es el Evangelio actuando en todos los aspectos de la vida.”

A pesar de los retos, el testimonio de transformación ha sido tangible: líderes comunitarios que al principio veían el proyecto con desconfianza, hoy son colaboradores activos; familias han restaurado sus condiciones de vida y su fe. Todo es parte de una visión a largo plazo, como afirma Monterroso.

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