Estados Unidos denunció los esfuerzos por borrar la diferencia sexual biológica en nombre de la ideología de género, durante una sesión oficial en la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

Es la primera vez en su historia que el país norteamericano ha organizado un evento oficial en la sede de la ONU con el objetivo de denunciar abiertamente la ideología de género.
La iniciativa fue impulsada por la misión diplomática estadounidense en colaboración con el Center for Family and Human Rights (C-Fam) y la Fundación Heritage, dos organizaciones reconocidas por su defensa de la familia y los derechos humanos desde una perspectiva basada en la ley natural.
El acto tuvo lugar en el contexto de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, una instancia que tradicionalmente ha sido empleada para promover políticas en favor de la equidad, pero que en los últimos años ha sido una vía para difundir e intentar imponer enfoques ideológicos de la agenda globalista contrarios a la visión cristiana de la persona.
La postura asumida por Washington refleja una resistencia creciente frente a las corrientes que, bajo el nombre de “progreso”, buscan redefinir la antropología humana y desarraigar a las nuevas generaciones de la verdad sobre su propia identidad.
Durante el evento
Jonathan Shrier, representante interino de Estados Unidos ante el Consejo Económico y Social de la ONU, tomó la palabra para reafirmar el compromiso de su país con los valores fundamentales que sustentan la vida social: la familia, la verdad y la libertad.
En su intervención, condenó de manera categórica las políticas que buscan borrar la noción de sexo biológico y sustituirla por construcciones ideológicas que niegan las diferencias naturales entre el hombre y la mujer.
Shrier subrayó que la protección de los espacios específicamente destinados a mujeres en el ámbito deportivo es una prioridad esencial para su nación.