Trump refuerza sus lazos con líderes religiosos durante celebración de Pascua en la Casa Blanca

Durante la cena de Pascua celebrada el miércoles en la Casa Blanca, Franklin Graham abrió el evento con una oración antes de presentar al presidente Donald Trump ante una audiencia de líderes religiosos, mayoritariamente evangélicos conservadores y católicos. «Se siente tan tonto tener que presentar al presidente de los Estados Unidos en su propia casa»,…

Durante la cena de Pascua celebrada el miércoles en la Casa Blanca, Franklin Graham abrió el evento con una oración antes de presentar al presidente Donald Trump ante una audiencia de líderes religiosos, mayoritariamente evangélicos conservadores y católicos. «Se siente tan tonto tener que presentar al presidente de los Estados Unidos en su propia casa», bromeó Graham, desatando risas entre los asistentes.

La cena reunió a líderes cuyo respaldo fue decisivo para el segundo mandato de Trump. A lo largo de su administración, el expresidente cultivó una relación cercana con figuras religiosas, pese a no pertenecer a una congregación específica ni haber mostrado una práctica devocional pública constante. Su fe se ha reflejado principalmente a través de los testimonios de pastores que lo acompañan, encabezados por Paula White-Cain.

White-Cain, televangelista y asesora espiritual de Trump desde hace más de dos décadas, dirige actualmente la Oficina de Fe de la Casa Blanca. Bajo su liderazgo, la oficina ha recibido a más de 1,000 líderes religiosos en los últimos meses. Aunque la Casa Blanca de Trump dejó de publicar registros de visitantes, imágenes en redes sociales muestran frecuentes reuniones de oración en la Oficina Oval.

Greg Laurie, pastor de Harvest Christian Fellowship, subrayó que la postura de Trump hacia el cristianismo es más abierta que la de administraciones anteriores. Robert Jeffress, de First Baptist Dallas, incluso afirmó que Trump «hace más por celebrar el verdadero significado de la Pascua que cualquier presidente en la historia».

La relación pastoral más cercana parece ser con White-Cain, quien ha acompañado a Trump en momentos clave y lo describe como alguien «sensible hacia Dios» y «protector de las personas de fe». En una anécdota, relató cómo el presidente pidió instalar figuras doradas de querubines en la Oficina Oval, preguntando si «los ángeles no protegen y cuidan».

Jennifer Korn, directora adjunta de la Oficina de Fe, también mantiene un contacto frecuente con los líderes religiosos que rodean al presidente. Según comenta, Trump suele preguntar: «¿Cómo están mis pastores, mis sacerdotes, mis rabinos?», reflejando su interés constante por las comunidades de fe.

Franklin Graham, quien mantiene una relación de amistad con Trump, indicó que el intento de asesinato en Butler, Pensilvania, marcó un punto de inflexión espiritual para el mandatario. «Hay una intuición espiritual que siento cuando estoy cerca de él», comentó.

Desde su infancia, Trump estuvo vinculado a la Iglesia Presbiteriana, aunque en 2020 manifestó ser un cristiano no denominacional, en parte por la influencia de su entorno evangélico. Pastores como Jentezen Franklin han liderado cadenas de oración en su favor, y varios líderes prominentes —incluyendo Jack Graham, Samuel Rodríguez, Tony Suárez y Sean Feucht— han defendido abiertamente su presidencia.

Pese a las tensiones que ha tenido con otros sectores religiosos sobre temas como inmigración y asistencia humanitaria, esas voces críticas no estuvieron presentes en las celebraciones de Semana Santa. En su breve intervención, Trump agradeció el respaldo: «El apoyo que he recibido de los cristianos evangélicos —y de todas las personas de fe— ha sido increíble, realmente. Creo que ha sido algo sin precedentes».

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