La Casa Blanca fue el escenario de una noche trascendental el miércoles 16 de abril de 2025, cuando el presidente Donald Trump presidió una Cena de Semana Santa junto a líderes cristianos y funcionarios de su administración. El evento, organizado por la Oficina de Fe bajo la dirección de la pastora Paula White y Jenny Korn, se convirtió en un emotivo acto de exaltación espiritual en el corazón del poder político estadounidense.

Durante la velada, que reunió a figuras como Franklin Graham, Jentezen Franklin y otros pastores influyentes, se escucharon himnos tradicionales, oraciones profundas y lecturas de las Escrituras. En su discurso, Trump no escatimó palabras al declarar: «Hoy celebramos la resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Esta es una nación que fue fundada sobre la fe, y seguiremos reconociendo su importancia en todos los niveles.»

La mesa fue decorada con motivos pascuales: flores blancas, cruces, pan sin levadura y copas de vino, evocando la Última Cena. La atmósfera, solemne y a la vez festiva, reflejaba un profundo sentido de unidad entre la fe cristiana y el liderazgo nacional. Trump reafirmó su compromiso con los valores bíblicos, recordando que «la oración y la Palabra de Dios son la base de toda verdadera libertad».

Uno de los momentos más significativos ocurrió al cierre del evento, cuando todos los asistentes se pusieron de pie, tomados de las manos, para elevar una oración conjunta por la nación. Se pidió por sabiduría para los gobernantes, protección para las familias y un despertar espiritual en Estados Unidos. «Este país necesita volver sus ojos a Dios, y esta noche es un paso hacia esa dirección», expresó entre lágrimas la pastora White.

En redes sociales, el evento generó una ola de reacciones. Mensajes como «Ver a un presidente exaltando a Cristo en la Casa Blanca me llena de esperanza» o «Esto no es adoración a un político, es gratitud por ver la fe ocupando su lugar» se viralizaron entre la comunidad cristiana. Otros recordaron la importancia de orar por los líderes, haciendo eco de advertencias bíblicas sobre los reyes de Israel que se desviaron del camino, pese a haber comenzado bien.

Para muchos creyentes, la Cena de Semana Santa 2025 fue mucho más que una comida conmemorativa. Fue un recordatorio de que la fe cristiana sigue viva y activa, y que en medio de los desafíos actuales, Estados Unidos todavía puede encontrar dirección y esperanza en el mensaje eterno de la cruz y la resurrección de Jesucristo.