Eslovaquia prohíbe adopción a homosexual

La reciente enmienda constitucional en Eslovaquia, que reconoce sólo dos sexos biológicos y prohíbe la adopción por parte de parejas homosexuales, ha generado críticas desde la Unión Europea. Sin embargo, líderes cristianos y defensores de la familia tradicional celebran la medida como una reafirmación de los valores creados por Dios y del derecho de los…

La reciente enmienda constitucional en Eslovaquia, que reconoce sólo dos sexos biológicos y prohíbe la adopción por parte de parejas homosexuales, ha generado críticas desde la Unión Europea. Sin embargo, líderes cristianos y defensores de la familia tradicional celebran la medida como una reafirmación de los valores creados por Dios y del derecho de los niños a crecer en un hogar con padre y madre.

Por: Vinicio Ramírez | Periódico La Palabra

Eslovaquia, nación de profundas raíces cristianas, ha dado un paso firme en defensa del modelo familiar natural al aprobar una enmienda constitucional que establece que sólo existen dos sexos —masculino y femenino— y que la adopción infantil corresponde únicamente a matrimonios heterosexuales. La medida, votada por 90 de los 150 diputados del Parlamento, fue respaldada como un acto de coherencia con los principios biológicos y morales que han sostenido a la sociedad europea durante siglos.

La decisión ha despertado el rechazo de la Unión Europea (UE), que calificó la reforma como una “amenaza” para los derechos fundamentales. La Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA) expresó que esta definición “ignora las experiencias vividas de las personas transgénero y no binarias” y podría “socavar los principios de igualdad y dignidad humana”. Sin embargo, desde Eslovaquia y otras naciones con una visión conservadora, se defiende el derecho soberano de cada Estado a proteger sus valores culturales y espirituales frente a presiones ideológicas externas.

La reforma no sólo define el sexo biológicamente, sino que también restringe la adopción a matrimonios entre hombre y mujer, permitiendo excepciones únicamente para personas solteras en circunstancias especiales. Además, incluye un nuevo requisito de consentimiento parental en temas de educación sexual, medida que los promotores consideran esencial para resguardar la inocencia y formación moral de los menores.

Diversos líderes religiosos han aplaudido la decisión, señalando que la ley es coherente con la enseñanza bíblica sobre la creación: “Varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Para ellos, esta determinación no representa un acto de discriminación, sino una reafirmación de los fundamentos del matrimonio y la familia como instituciones divinas. “Proteger el derecho de un niño a tener padre y madre es un deber moral, no un gesto de intolerancia”, expresaron líderes cristianos locales tras la votación.

Eslovaquia también ha incorporado en la enmienda un principio que otorga primacía al derecho nacional sobre el comunitario en asuntos de identidad cultural y ética, reafirmando su autonomía frente a las imposiciones ideológicas de Bruselas. Este gesto ha sido visto por muchos creyentes como una señal de esperanza en medio de una Europa cada vez más secularizada.

La controversia ha puesto de relieve el creciente choque entre la visión cristiana de la familia y las políticas progresistas que buscan redefinir el concepto de matrimonio y sexualidad. Mientras la UE insiste en que sus Estados miembros deben “proteger los derechos de las personas LGBTIQ”, Eslovaquia ha optado por resguardar el derecho de los padres y la identidad biológica como bases inmutables de la sociedad.

En un continente que debate el sentido mismo de la libertad, la decisión eslovaca marca un precedente para las naciones que aún reconocen a Dios como fuente de la verdad y de la vida familiar. Su mensaje es claro: la fe y la razón pueden convivir, y defender la familia natural no es odio, sino amor al orden divino que garantiza el futuro de la humanidad.

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