La Grand Canyon University (GCU), la universidad cristiana más grande de Estados Unidos, celebró una nueva victoria en los tribunales después de que la Comisión Federal de Comercio (FTC) retirara su demanda en su contra, meses después de que el Departamento de Educación también anulara una histórica multa millonaria.

La FTC había demandado a la institución en 2023, acusándola de engañar a los estudiantes sobre los costos de sus programas de doctorado, de hacer llamadas ilegales de telemercadeo y de promocionarse con información supuestamente falsa sobre su condición de organización sin fines de lucro. Sin embargo, tras casi dos años de litigio, el caso fue desestimado por unanimidad por los comisionados de la agencia federal.

“Este caso, heredado de la administración anterior, ya había sufrido derrotas en dos mociones de desestimación. En su forma reducida, ofrecía muy pocas ventajas a los consumidores en comparación con el costo de seguir adelante”, señalaron los comisionados Andrew N. Ferguson, Melissa Holyoak y Mark R. Meador en un comunicado.

Los funcionarios también reconocieron que, tras los recientes fallos a favor de la GCU, sería “imprudente gastar más recursos de los contribuyentes en una causa perdida”.

Acusaciones políticas

El presidente de la universidad, Brian Mueller, rechazó las acusaciones y aseguró que las demandas fueron parte de un “esfuerzo coordinado de exfuncionarios de la Administración Biden para socavar una próspera universidad cristiana”.

“Como hemos declarado desde el principio, estas acusaciones no solo eran falsas, sino todo lo contrario. Nos esforzamos al máximo en nuestras divulgaciones y somos reconocidos como líderes en este ámbito”, dijo.

Mueller recalcó que, pese a cuatro años de señalamientos, la institución no solo sobrevivió, sino que siguió creciendo. “Esto demuestra la fuerza y la dedicación de nuestro profesorado, estudiantes y familias. Sobre todo, demuestra nuestra inquebrantable convicción de que la verdad prevalecerá”.

Dos victorias consecutivas

La decisión de la FTC se suma a la del Departamento de Educación, que en mayo anuló una multa de 37,7 millones de dólares contra la universidad. En aquel momento, la agencia federal también aseguró que no perseguiría a las instituciones educativas por su afiliación religiosa, distanciándose de las políticas de la administración anterior.

Con estas resoluciones, la GCU no solo evita sanciones millonarias, sino que fortalece su imagen de resistencia frente a lo que describe como un ataque gubernamental injusto.