Para la mujer del día de hoy…
Dra. Mayra de Gómez
Ministerios «Delicados Pastos»
Herencia es un derecho jurídico que se adquiere mediante el cual una persona que fallece transmite sus bienes, derechos y obligaciones a otra u otras personas.
Compartiré con ustedes, algunos fragmentos de un artículo (gotquestion.org) muy interesante: ¿qué dice la biblia acerca de los padres que dejan una herencia a sus hijos? «La herencia era el regalo de honor y el apoyo dado por un patriarca a sus hijos (y a veces a las hijas,…asunto que nos ocupará más delante de nuestro dialogo…). Estaba destinada a la provisión y al estatus de la familia».
En la actualidad, la herencia continúa siendo un acto voluntario de honra de los padres hacia los hijos. Situación que algún hijo desheredado lo ve como un acto de desprecio de su padre hacia él; provocando serios problemas entre los hermanos, al concluir que es injusto; provocando amargura, odio, rencor y muchas veces conflictos que llevan a la muerte misma. ¡Cuán importante es saber que tenemos un Padre Eterno que nos ha dejado una herencia espiritual incomparable a cualquier herencia terrenal a la que pudiéramos tener acceso!! Si nos heredan… ¡qué bueno!… y si no, nos heredan… ¡de todas formas somos herederas del reino de Dios…aquí en la tierra… y allá en los cielos!
«La Biblia estableció directrices específicas para heredar los bienes de la familia: el hijo mayor iba a heredar una doble porción (Deuteronomio 21:15-17); si no había hijos varones, a las hijas se les permitía heredar las tierras de su padre (Números 27:8); ante la falta de herederos directos, el criado o siervo preferido, o un pariente más lejano podrá heredar la tierra (Génesis 15:2; Números 27:9-11). En ningún momento la tierra podría pasar a otra tribu. El propósito de pasar la tierra, era asegurar que la parentela tuviera un medio de sustento y supervivencia. La heredad se adoptó, y solo Proverbios 13:22 habla de ella como una virtud especial».
Es de mencionarse que la herencia en la primera mitad del Antiguo Testamento, se refiere a Dios otorgando la tierra prometida a los israelitas. Moisés llegó hasta el río Jordán en donde entregó a las tribus de Rubén y Gad, las tierras de transjordania de Jazer y Galaad (Josué 17:3-6). Tierras que eran excelentes para criar ganado. Hicieron la promesa de cruzar el río Jordán para ir a la guerra con todo el resto de las tribus y poseer la tierra prometida; para luego regresar a vivir a estas tierras con sus familias. También fue heredada la mitad de la tribu de Manasés con éstas tierras…. Y aquí inicia la historia que nos ocupará…
Había en Israel un hombre llamado Zelofehad de la tribu de Manasés (el hijo de José). Era hijo de Héfer, nieto de Galaad y bisnieto de Maquir. Este hombre no tenía hijos varones; tenía a 5 hijas: Mahlá, Noá, Hoglá, Milca y Tirsa. Las cuales se propusieron cambiar la ley de que «solo los hijos varones heredaran la tierra» (Números 27:1-8).
Las mujeres cuando intentamos una empresa en la cual se necesitan hacer cambios profundos para nuestro bien y el bien de los demás,… ¡necesitamos estar preparadas para todo! …. Incluyendo la negativa a nuestra propuesta… eso no significa, que debemos de renunciar a «insistir». Una insistencia fundamentada en la verdad, en lo que edifica, en lo que es justo y en lo que beneficia a las generaciones que están por venir.
Estas cinco mujeres hicieron lo correcto, para ellas y para los ojos de Dios. Cuando estudiamos a profundidad… ¿cómo ve Dios a la mujer a lo largo de las escrituras? Nos sorprenderemos, de que, desde la creación, Dios nos dio «una igualdad, complementaria». «Quiero que se reproduzca, quiero que se multiplique, quero que llenen la tierra y la pongan bajo su dominio. Que dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los seres vivos que se arrastran por el suelo» (Génesis 1:28). La cultura, las costumbres y las diversas interpretaciones bíblicas han tenido que recorrer un largo camino para encontrar en Jesucristo la restauración de todas las cosas…. Incluyendo la posición de la mujer, en la iglesia, en la sociedad, en el hogar y en todo ámbito en donde se desarrolle.
Las cinco hermanas se colocaron a la entrada del santuario… ¡tenían algo de decir!…. no, a cualquiera… nada menos que a Moisés (el legislador), Eleazar y los jefes del pueblo… también a todo el pueblo de Israel. Explican su causa: no tenemos hermanos varones que cuiden de nosotras; además nuestro padre no estuvo entre los que se rebelaron contra Dios, en el desierto. Sin embargo murió en el desierto a causa de sus pecados. Pero no es justo que por eso su nombre sea borrado de la lista de su familia. Rogamos que nos den un terreno, para vivir entre nuestros familiares. ¿Saben que es lo que espiritualmente hicieron esas mujeres en favor de todas las mujeres de Israel? Hicieron que Moisés se fijara en las mujeres como «herederas». Moisés consultó a Dios y la respuesta de Dios fue: «Las hijas de Zelofehad tienen razón; entrégales el terreno que era de su padre, para que puedan vivir con sus familiares».
La sabiduría, la humildad, la comprensión, el entendimiento y la obediencia a Dios, deben ser la plataforma de nuestros actos. Estas mujeres lograron un cambio en la ley de Israel. Dios mismo la emitió: «Si un hombre muere sin haber tenido hijos varones, sus propiedades serán de sus hijas, si no tiene hijas, entonces esa herencia será de sus propios hermanos, y si no tiene hermanos, sus propiedades se les entregará a sus tíos. Y si no tiene tíos, entonces pasará al familiar más cercano. Esta es una orden que yo mismo le he dado; ustedes deben obedecerla siempre» (Números 27:8)
Más adelante hicieron una enmienda a esa ley: Que las mujeres que heredaran, tenían que casarse con hombres de su misma tribu, para que la tierra no se perdiera. ¡Así lo hicieron estas 5 hermanas!… se casaron con sus primos de la tribu de Manasés.
¡Tratar de hacer cambios sustanciales!… no es equivocado… siempre y cuando…. ¡El Señor nos respalde!