Los funcionarios a menudo hablan del momento en que la epidemia alcanza un pico o se estabiliza, cuando un país “aplana la curva”. Sin embargo, rara vez especifican a qué se refieren con pico. Y ¿cómo podemos estar seguros de que este ha quedado atrás?
Cuando un brote crece sin control, cada día hay más personas que se infectan y mueren que el día anterior. un país pasa de reportar unos cuantos cientos de nuevas infecciones detectadas diariamente, a miles de un momento a otro.
La aceleración no puede continuar indefinidamente y, lo que es más importante, reforzar los esfuerzos como el distanciamiento social, algo que ralentizada la transmisión del virus.
En la gráfica, al ralentizar el contagio del virus, la curva que muestra la cuenta diaria de nuevos casos pasaría de un aumento brusco a un movimiento lateral —la curva se ha aplanado— he incluso ha empezaría a moverse hacia abajo.
Ese es un giro para bien: la tasa de propagación del virus se estaría ralentizando. Faltaría más tiempo para dar otro giro: el del pico de la cantidad de personas que mueren.
Pero incluso cuando dichas curvas se aplanen, la epidemia no habrá “alcanzado el pico” en otra medida crucial: la del número de casos activos. Esa cifra seguirá aumentando hasta que el número de pacientes —ya sea fallecidos o recuperados— sea mayor que el número de nuevas infecciones.
Para aliviar la carga de los sistemas de salud, la curva de casos activos también se debe aplanar y luego caer.