Pastor y maestro Byron Miranda / Iglesia Camino Bíblico
Toda persona sabe que el matrimonio fue instituido primeramente en el Jardín del Edén. Es una unión monógama, física, emocional y espiritual entre un hombre y una mujer. Ese es el plan divino (Génesis 2: 24).
De modo que el matrimonio a de contribuir al bienestar de la sociedad en general. Desde el principio podemos ver entonces que la disolución del matrimonio no estaba contemplada ni permitida. Ahora bien, en la Biblia sí vemos que el divorcio es mencionado. Es por eso que es importante explicar bien la razón por la que este asunto es traído a Moisés, a Jesús y aun a Pablo, y reafirmar la posición de Dios sobre el mismo. Veamos dos instancias en el Antiguo Testamento y dos en el Nuevo, para entonces comentar sobre las mismas.
El divorcio en el Antiguo Testamento.
- Deuteronomio 24: 1 – 4. Presenta el fundamento donde Moisés, el gran legislador concedió cartas de divorcios a los hombres, si encontraban algo indecente en sus esposas. No está muy claro todo lo que implicaba en cuanto a la indecencia, porque podían ser desde faltas mayores, hasta que pequeñeces, como el que la esposa quemara la comida. La ley decía que si la mujer era encontrada en adulterio, la sentencia era apedrearla hasta verla muerta. Así que lo indecente eran otros tipos de faltas que no incluían el adulterio. En la ley, el matrimonio era algo serio, si alguien quería divorciarse de su esposa, se buscaban dos testigos para que constara el divorcio, pero también para que alguno de estos mismos testigos, se hicieran cargo de ayudar en el sostén de la mujer abandonada.
- Malaquías 2: 13 – 16. A través del profeta Malaquías, Dios está siendo enfático en que Él odia, aborrece y detesta el divorcio. La institución sagrada del matrimonio no fue establecida con una cláusula de divorcio. El divorcio vino como consecuencia del pecado y de la maldad del hombre. Moisés se vio obligado a dar cartas de divorcio, pero antes de que culminara el Antiguo Testamento.
El Divorcio en el Nuevo Testamento.
- Mateo 19: 3 – 12. Presenta el relato, en donde los fariseos tratan, nuevamente, de probar y ver si pueden sorprender a Jesús. Le preguntan, si era lícito o correcto, dar carta de divorcio por cualquier cosa. Lo que aquí demuestra, es la interpretación que ellos habían hecho, del porqué Moisés permitió el asunto del divorcio.
Sin embargo, Jesús aclara la posición de Dios sobre el matrimonio. Él corrige a los fariseos y explica que Moisés se vio obligado a dar cartas de divorcio “por la dureza del corazón” de ellos, no porque fuera el deseo y voluntad de Dios. Entonces, Jesús da como única razón válida para el divorcio la porneia (inmoralidad sexual), un término que abarcaba una amplia gama de pecados sexuales. Pero aun en sus palabras podemos notar que es más una excepción, no un deseo (Mateo 19: 6, 8).
- 1ª Corintios 7: 1 – 16. En esta carta, el apóstol Pablo, educador para la iglesia gentil, da una amplia y extensa explicación sobre el matrimonio. Recalca que el Plan de Dios es una entrega total del hombre a la mujer y viceversa.
Mi consejo, de acuerdo a los principios bíblicos en cuanto al presente tema sobre el divorcio es;
- La mujer no se separe del marido y si se separa quédese sin casar
- El marido no abandone a su mujer por nada
- La mujer no abandone a su esposo, si es inconverso
- Esposo no abandone a su esposa, si es inconversa, y
- Agotar todo el recurso posible para en pro de la unidad del matrimonio.