Sin un lugar establecido, con la necesidad de cazar y recolectar frutos de la tierra inicia la historia de la humanidad. Eran nómadas, los primeros migrantes, sin fronteras, más que las impuestas por los depredadores que ya dominaban un territorio. El ser humano entiende su posición, busca convertirse en el depredador sin tener dientes o garras afiladas; empiezan a asentarse, aprenden a trabajar la tierra, a domesticar animales y con el territorio dominado inician a acumular riqueza.
«Lo interesante de los inicios de la humanidad es observar qué los movía para seguir migrando, la respuesta sin duda es igual a la de hoy: buscaban cambiar sus condiciones de vida, alimentar a sus familias, de esta forma tener sus necesidades básicas cubiertas», explica Carlos Cano, antropólogo y conocedor de la temática de la migración.
¿Qué significa migrar?
Cano define al concepto de emigrar es eminentemente humano, como tal el ser humano siempre esta en movimiento y sus relaciones son dinámicas. «En el contexto histórico en el que nos encontramos podemos hablar de migración natural, que tiene como motivación el intercambio de experiencias sociales». Pero también existe la migración forzada, en esta las motivaciones son económicas o de guerra.
Para el PewResearch Lab, reconocida agencia de investigación estadounidense, la migración forzada representa
el 78% de las migraciones hacia Estados Unidos. Muchas de ellas proviniendo de Latinoamérica, es decir, 4 de cada 5 migrantes con destino Estados Unidos buscan cambiar radicalmente sus condiciones de vida.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, dentro de su publicación del Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016, afirma que la zona durante el período de 2002 a 2013 vio el porcentaje de personas en condición de pobreza decrecer.
Con el cambio de país el migrante enfrenta una nueva cultura, otras formas de resolver problemas, nuevos hábitos, tradiciones y condiciones sociales que chocan con su identidad.
Sin embargo, Guatemala es el único que vio ese numero crecer en un 7%. Para Jairo Alarcón, filósofo y antropólogo guatemalteco, esta cifra evidencia que, aunque las certezas de tener éxito en el éxodo hacia Estados Unidos sean pocas, los individuos están dispuestos a vivir ese riesgo.
Historia reciente de la migración en Guatemala y Centroamérica
Los años 70 en Guatemala, marcados por el conflicto armado interno, y todos los efectos que a partir de él se producen, la gente en Guatemala empieza a movilizarse hacia México y Estados Unidos.
Los 80s no fueron diferentes, el enfrentamiento entre guerrilla y ejército deja como daño colateral el desplazamiento de poblaciones civiles del área rural. Estos se movilizaron hacia Estados Unidos, Canadá y México, aunque en el último país recibió a muchos en condición de refugiados. «La condición de ser refugiado se da cuando un país recibe grandes masas de migrantes y los acoge temporalmente, mientras en su país de origen se terminan los conflictos o la condición que los causa», explica Cano.
Jairo Alarcón y Carlos Cano coinciden en que el concepto del triangulo norte es militar, busca homogeneizar, es decir, ver a la zona geográfica como un todo indistinto. «La realidad es que Guatemala, El Salvador y Honduras tienen razones particulares que motivan su migración. Honduras ha visto un repunte en las maras del país, combinado con las crisis políticas que han golpeado fuertemente su economía. El Salvador ve a la migración como una tradición, debido a que casi cualquier salvadoreño tiene a algún familiar en el extranjero», asegura Cano.
Choque entre el migrante y el residente del país que lo recibe
«Tres cuartas partes de la población estadounidense actual, tiene dentro de su árbol genealógico un bisabuelo o tatarabuelo que fue migrante», dato de un estudio que realizó el New York Times en el 2017. Esto quiere decir que el migrante seguramente se encontrará con alguien que desciende de un migrante. Sin embargo, el carácter nacionalista (Estados Unidos primero) del gobierno de Donald Trump, ha implementado fuertes medidas para limitar la inmigración hacia Estados Unidos.
«El enfoque de Trump sin duda causa resonancia en la población, creyendo que muchos de los migrantes son delincuentes y vienen a quitar oportunidades de empleo», comenta Jairo Alarcón. Sin embargo, el PewResearch Lab realizó un estudió para medir esa percepción, planteando la pregunta sobre cómo el estadounidense ve al migrante.
Como punto de referencia 7 de cada 10 estadounidenses dicen simpatizar y entender las dificultades con las que viene el inmigrante. En 2001 a penas el 10% creía que la inmigración legal debía aumentar; para 2018 ese número es del 32%. A penas el 14% de la población esta de acuerdo con las políticas de Trump. «Se ha implementado una estrategia mediática poderosa para hacer creer que gran parte de Estados Unidos apoya la posición del presidente ante la inmigración, pero la realidad es otra», confirma Otto Yela, comunicador e investigador guatemalteco.
Pero de igual forma los gobiernos nacionalistas que limitan la inmigración siguen reproduciéndose por el mundo. Brazil con Bolsonaro es un ejemplo claro. «Lo contradictorio de esto es que las políticas nacionalistas generan que, por ejemplo, Estados Unidos invierta menos en países que buscan migrar hacia su país, forzando aún más la inmigración ilegal», argumenta Cano.
Mutación de la identidad del migrante
Con el cambio de país el migrante enfrenta una nueva cultura, otras formas de resolver problemas, nuevos hábitos, tradiciones y condiciones sociales que chocan con su identidad. «A esto se le llama mutación de la identidad, que es un proceso fuerte para el ser humano. Es la adaptación de tu propia identidad con otra para poder sobrevivir. Hacerlo solo es difícil, es por eso que las comunidades de migrantes son importantes y hacen de la experiencia algo menos complicado o violento», concluye Carlos Cano.
Para Jairo Alarcón la forma más efectiva de evitar que se siga dando la inmigración, sobre todo ilegal y forzada, es cambiando las condiciones de vida de la población de un país. En el caso de Guatemala erradicar la pobreza, el hambre, la corrupción y ser en general un país más seguro para vivir, dará el escenario idóneo para que el guatemalteco no abandone su origen de forma precipitada.
NOTA
Esta es una temática que se desarrollará en 3 partes más. Tocando el aspecto social, económico y político. Donde se buscará proyectar los criterios más importantes para comprender e internalizar el tema de la migración.