No incurras en deudas.
Dios no quiere que Su pueblo tenga deudas. La Biblia dice: No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros… (Romanos 13:8).
Cuando nos endeudamos, perdemos un poco de nuestra libertad. La Biblia dice: El que toma prestado es siervo del que presta (Proverbios 22:7). Muchas veces Dios llama a la gente a servirle, pero no pueden hacerlo por causa de sus deudas.
No te esfuerces por ser rico.
El amor al dinero ha destruido más gente tal vez que ninguna otra cosa. La Biblia dice:
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores (1 Timoteo 6:10).
No tienes que ser rico para amar el dinero. Muchas veces los que tienen menos dinero lo aman más.
La Biblia nos advierte contra los planes rápidos y fáciles de hacerse rico. Los hombres fraudulentos usan a veces proyectos de «hazte rico pronto» para robarle dinero a la gente confiada. La Biblia dice: Se apresura a ser rico el avaro, Y no sabe que le ha de venir pobreza (Proverbios 28:22).
No acumules riquezas.
Todo cristiano debe ahorrar algo de lo que gana para tener recursos en caso de emergencias. Pero no debemos acumular dinero. Salomón, el hombre más sabio que ha vivido, dijo: Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal (Eclesiastés 5:13).
El Señor Jesús nos insta a hacernos tesoros en el cielo en vez de juntarnos tesoros en la tierra. Él dijo: No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo… Porque donde esté vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón (Mateo 6:19-21).
No hagas del dinero tu dios.
No podemos servir a Dios y, al mismo tiempo, hacer del dinero nuestra meta en la vida
No podemos servir a Dios y, al mismo tiempo, hacer del dinero nuestra meta en la vida. Jesús dijo que es imposible servir a Dios y al dinero. Nuestro Señor dijo:
Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (Lucas 16:13).
La Biblia nos advierte una y otra vez contra el peligro del dinero. Jesús lo llamó «riquezas injustas» porque el dinero es parte del injusto sistema mundial de Satanás y muy a menudo lleva a la gente lejos de Dios. La Biblia dice:
Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición (1 Timoteo 6:9).
El dinero da a la gente un sentido de poder e importancia, pero no ofrece seguridad verdadera. La Biblia dice:
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas… (1 Timoteo 6:17).
Hay mucha gente descuidada con su dinero. Lo gastan y dicen: «¿a dónde se me fue?» La manera de evitar esto es tener un presupuesto y llevar el registro de todos los gastos. Cuando manejas correctamente tu dinero, tú no preguntas a donde se fue, sino lo mandas a donde debe ir.
Aparta un dinero para emergencias.
En toda familia hay siempre momentos en que las cosas van mal y hay emergencias. Puede ser un gasto inesperado con el auto o algún gasto médico. Ahorrando cada día de pago, algo para emergencias, tú puedes enfrentar estas cuentas inesperadas sin salirte de tu presupuesto.
Evita sobrepasarte en las compras a crédito
No debemos aceptar la filosofía del mundo de «Compre ahora y pague después». Cuando el crédito es tan fácil de obtener, es también muy fácil incurrir en tantas deudas que no se pueden hacer los pagos.
Aprende a distinguir entre lo que necesitas y lo que deseas.
Dios ha prometido suplir todas nuestras necesidades, pero no ha prometido darnos todo lo que deseamos. Debemos distinguir bien entre ambos. Debemos comprar las cosas por su utilidad, no por «presumir» o sólo porque lo deseamos.
Evita comprar impulsivamente.
Muchas veces vemos algo que queremos y lo compramos antes de considerar si está a nuestro alcance o no. Este error puede evitarse siguiendo «la regla de demorar las compras».
¿Cuál es esta regla? Es ésta: no hagas compras de ningún tipo bajo la presión del parloteo de un vendedor. Cuando el vendedor haya terminado su «discurso», sólo contesta: «Gracias, regreso en uno o dos días». Esto te dará tiempo para pensar en la compra y hacer tu decisión sin la presión del vendedor.
Paga tus deudas a tiempo.
El pagar las cuentas pronto honra al Señor y también te ayuda a tener una buena reputación y buen crédito. Es un buen testimonio para las personas no salvas.
Vive de lo que Dios provee.
Dios ha prometido proveernos de todo lo que necesitamos, pero no ha prometido que viviremos en gran abundancia. Cada cristiano debe aprender a subsistir con lo que Dios provee y no vivir impulsado por el deseo de riquezas o de cosas materiales. El apóstol Pablo aprendió a vivir contento ya sea que tuviera poco o mucho. Pablo dijo:
…He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente (vivir con casi nada), y sé tener abundancia (vivir cuando tengo mucho)… (Filipenses 4:11-12).
ADVERTENCIA ESPECIAL: No sirvas de fiador.
En el libro de Proverbios, Dios nos advierte seis veces en contra de ser «fiador» por las deudas de otra persona. Hoy lo llamamos «aval». Cuando avalamos la firma de alguien, significa que asumimos la responsabilidad del pago de esa deuda. Si, por alguna razón, la otra persona no paga la deuda, entonces tenemos que pagarla nosotros. No debemos avalar la firma de otra persona porque Dios nos dice claramente que no lo hagamos. La Biblia dice:
No seas de aquellos que… salen por fiadores de deudas (Proverbios 22:26).
Mucha gente ha aprendido por experiencia que, cuando tratan de ayudar a un amigo avalándolo, acaban por perder a ambos, a su dinero y a su amigo.