Pastora Dra.
Mayra de Gómez
Ministerios «Delicados Pastos»
Hace algún tiempo, entró fuertemente en mi corazón un deseo de servir a la niñez de Guatemala. Especialmente a los niños que viven en áreas marginales y zonas rojas… ¡claro!… Todos los niños, merecen nuestra atención… y… nuestro mejor esfuerzo. Hemos visto, con dolor en nuestro corazón; cómo los niños están siendo cada vez más abusados, manipulados y atraídos a hacer el mal (por unas cuantas monedas puestas en sus vacías manos). De ahí surgió la idea de preparar a jóvenes y señoritas para trabajar en escuelas «jugando aprendemos» y «clubs de niños» los días sábados por la mañana. Ha sido y seguirá siendo una experiencia maravillosa.
Lo que deseo compartir en ésta oportunidad es que toda empresa que nos propongamos en la vida, necesita de mucha organización, planificación… pero ante todo… ¡mucha preparación! La preparación, la capacitación y el entrenamiento es lo que nos hace alcanzar el éxito en todo reto que nos propongamos. Para poder tener equipos de trabajo, primero necesitamos «nosotros saber hacer» lo que deseamos que «otros hagan». Esto es una regla, y por lo mismo; yo deseaba que mis chicos y chicas, supieran ¡cómo hacer las cosas!
Lo que es esencial en éste tipo de proyectos es: Música, Memorización, Lección, Juegos, Manualidades y Comida…. ¡mucha comida!
Entre todo lo anterior, les cuento que las manualidades son una de mis pasiones. ¡Tengo cajas de cajas con fomy, fieltro, pinturas acrílicas, papeles decorativos, servilletas decorativas, pinceles, perforadores de todas figuras y tamaños, guillotinas, etc., etc., … y … ¡mil cosas más! Me gusta mucho, tomar cursos de todo; para poder luego tener la oportunidad de enseñarlo. Ha sido muy satisfactorio observar que las mujeres somos muy hábiles con las manos, y veo la creatividad en cada una. Y los jóvenes no se quedan atrás… ¿quién dijo que las manualidades son exclusividad de las niñas?… los varones son más hábiles en carpintería, pintura, electricidad, fontanería, y todos hacemos un «perfecto complemento» para hacer manualidades. Los chicos son fabulosos con los montajes para obras, iluminación, dirección de proyectos, etc., etc. ¡Bueno, no quiero aburrirles con todo esto!, porque quiero llegar al punto en Éxodo 35:20-29 en dónde encontramos a las mujeres poniendo todos sus conocimientos artísticos y artesanales…¡no solo eso!…. también sus bienes para la construcción del tabernáculo o tienda de reunión.
En Éxodo encontramos que el pueblo de Israel, estaba ya siendo instituido como nación. Dios estaba dando leyes, normas y valores individuales y para la comunidad. La Torá aporta el ideal en la visión de la Mujer y entrega reglamentos legales en torno al matrimonio, los bienes y la convivencia, etc. Llegan al punto en donde necesitan construir el santuario de Dios. Cuando se trata de la obra de Dios, el esfuerzo de todos es esencial para llevarla a cabo. Definitivamente hay muchos aspectos de la capacitación, formación y entrenamiento de las mujeres que no están literales en las escrituras, pero que sí están implícitas. Debido a los resultados, como es el caso de las principales aportaciones que las mujeres hicieron, en este caso de las ofrendas voluntarias que se necesitaban para construir el santuario.
En Éxodo 35:10-19 está la orden de Dios para el pueblo de Israel: «Todos los israelitas (hombres y mujeres) que tengan capacidades artísticas deben venir para construir el santuarios y sus muebles…..todo lo que Dios ha ordenado hacer».
Es algo emocionante cuando tenemos «proyectos nuevos» frente a nosotras. Todo lo que hemos aprendido… ¡llega el momento de utilizarlo!…por eso ¡preciosas mujeres!… nunca se cansen de aprender… aprender…y más aprender. El pueblo de Israel, estaba entusiasmadísimo…y las mujeres… ¡no se diga! Regresaron a sus casas, a traer sus joyas de oro. ¡Al fin!… tenían la oportunidad de llevar esas telas moradas, azules y rojas… ¡wow!… no se olviden de las telas de lino fino, que habían hilado y tejido durante tanto tiempo. Buscaron sus pieles de cabra, de carnero y otras pieles finas. No se olvidaron de la plata, bronce y madera de acacia… ¡todo esto lo necesitarían los artesanos, para hacer los muebles y utensilios más hermosos para el santuario!
¿Cuántas horas, tertulias y tiempos de refrigerio; habrán utilizado las mujeres para hacer los finos bordados y tejidos de pelo de cabra que llevaron para hacer las vestiduras sacerdotales o decorar el santuario? No dudaron en presentar sus perfumes, aceites aromáticos para las lámparas, el aceite de consagrar y el incienso perfumado.
Las mujeres también llevaron sus ofrendas voluntarias… ¡con alegría y gozo!… y se las entregaron a Moisés para la construcción de todo lo que Dios había ordenado. ¡Nosotras también presentamos al Señor todo lo que hacemos con nuestras manos!… ¿Verdad que sí, amadas mujeres?