Pastor Haroldo Siliezar / Iglesia Casa de Bendición
No hay nada más poderoso que el que implora con lágrimas al Señor.
Lo que no has podido conseguir con disciplina, te aseguro las lágrimas pueden conseguirlas el llorar no es una debilidad equivocada.
Hombres llorar no es de débiles, llorar es de valientes, no hay un hombre que sea poderoso en Dios que no aprenda a usar sus lágrimas como un arma de guerra.
Mis lágrimas son respetadas por el infierno, créanme que no hay nada más que el infierno le respete a un creyente orando que sus lágrimas.
Porque hay promesas, para esas lágrimas, yo estoy seguro que el próximo paso que va a dar nuestro país es un camino de lágrimas.
Lo que le da dignidad a un hombre o a una mujer en su oración no es su capacidad verbal, tampoco es todos los versos que sabe, lo que le da dignidad a un hombre o a una mujer orando son sus mejillas llenas de lágrimas derramada ante el gran Dios.
Porque? Solo ellos y nadie más serán consolados nadie más lo será, pero el que llora recibirá consuelo del cielo.
Has intentado predicarle a las familias, has intentado que vengan a la iglesia, has intentado que conozcan a Jesús hasta ahora no has podido, tal vez no has intentado lo que dice Lamentaciones 2:19 «levántate da voces en la noche, al comenzar las vigilias; Derramando como agua tu corazón ante la presencia del señor; alza tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos».
Las lágrimas tienen el poder de hacer que Dios descienda y de vida al que está muerto, esas lagrimas es como quien derrama agua son copiosas que poderoso es ver un rostro lleno de lágrimas.
Yo sé que un rostro lleno de lágrimas va a tener lo que pido, créanme va a tener lo que pido tengo una fe absoluta en esto.