Pastora Dra.
Mayra de Gómez
Ministerios «Delicados Pastos
Desde muy niña entendí que mi vida, mi tiempo, mi servicio, todo lo que tenía era un regalo de Dios. Podría decir… ¡No entiendo!, ¿por qué desde muy pequeña tenía una actitud de servicio al Señor que se me daba espontáneamente…sin pensarlo…y me gustaba participar en la obra de Dios? Pero… ¡si lo entiendo! Dice el dicho, que cuando uno conoce a una persona, la primera impresión es la que cuenta…. Y cuando, yo conocí a Jesús, fue algo impactante en mi vida. Quizá ya se los he contado en algunas otras oportunidades…pero deseo hacer este recordatorio. Era el día del padre, en la Escuela Dominical de una Iglesia Centroamericana, preparaban un regalo para los papás. Me acerqué tímidamente a la maestra… por supuesto que no recuerdo su nombre (yo tenía 7 años de edad) … pero recuerdo claramente que era una muchacha de aspecto lindo, apacible, amoroso… le dije al oído «yo no voy a hacer el regalo, porque yo no tengo papá»; ella dejó de hacer lo que estaba haciendo, para tomarme por las manos, y me dijo: ¡Claro que tienes papá! Tu papá es el Padre Eterno; Él te cuidará siempre y cuando tengas una necesidad, solo pídeselo a Él y te lo dará. Me condujo en la oración para recibir a Jesús como mi Señor y Salvador. Esto marcó mi vida e inicie una relación desde mi corazón hacia Él Señor…. ¡efectivamente! Él ha sido mi Padre, y todo me lo ha dado. Otra lección que aprendí es a hacerle «regalos a mi Padre» …. ¡Esa es mi ofrenda! ¡Toda mi vida, todo lo que soy, y todo lo que tengo es de Él!
La disposición a la ofrenda nace del amor. No es una obligación impuesta, ni tampoco se entrega para recibir una retribución. Se ofrece voluntariamente, con fe, agradecimiento y gozo. A veces se tienen que hacer muchos sacrificios para entregar la ofrenda…pero de una forma sobrenatural…cuando nuestra ofrenda es recibida por el Padre; nos produce un gozo que no se puede explicar. ¡No existe nada sobre la faz de la tierra, que nos produzca tanta satisfacción, como una ofrenda agradable a Nuestro Buen Dios!
Cuando le ofrendamos al Señor a cada minuto de nuestra existencia…se nos hace tan fácil…también ofrendarle a nuestro prójimo. ¡Porque no solo se ofrenda dinero!… ¡No Señor! o… ¿señoras, damas? Ofrendamos amor, tiempo, cuidado, buenas acciones, atención, comida, regalos, servicio, oraciones, etc… ¡La lista es interminable! Como regla espiritual…. ¡ofrendamos de esta manera!… Porque nuestro Dios…NOS ENSEÑÓ A OFRENDAR… Él ofreció a Su Unigénito Hijo, en sacrificio para regalarnos la vida eterna. En Levítico encontramos cinco ofrendas que representan y revelan aspectos diferentes de la vida y la obra de Cristo. Dios conocía el carácter de Cristo y que sus padecimientos eran necesarios como el único camino hacia Él.
Explica Levítico 1:1-19 que las ofrendas debían ser presentadas: Sin defecto a la vista de los hombres, pero principalmente a la vista de Dios. Cuando los israelitas presentaban sus ofrendas (los animalitos para el sacrificio, o las primicias de los granos, etc.), eran supervisadas cuidadosamente por los sacerdotes. Tenían que ser sin defecto. Un animalito cojo o ciego o sin un miembro, no era apto para la ofrenda. Cristo el amado Cordero fue sin defecto y sin mancha (1 Pedro 1:19 «sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,») Un pecado de pensamiento o de sentimiento habría hecho de Él un sacrificio defectuoso. Para nosotras esto significa que TODO LO QUE OFREZCAMOS AL SEÑOR tiene que ser EXCELENTE.
Las ofrendas se tenían que traer a la puerta. La entrada hacia el trono de Dios había sido cerrada por el pecado. Lo único que podía abrirla era el sufrimiento y sacrificio del Cordero. Jesús dice: He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta. La ofrenda abre la puerta hacia el trono de la gracia de Dios. Las personas que se resisten a ofrendar al Señor y ofrendar al prójimo…están cerrando las puertas de la multiforme gracia de Dios…. ¡Deseo explicarlo de la mejor manera!
Cuando Jesús dijo: Yo Soy la Puerta… Él estaba diciendo, que solo pidiendo todo lo que necesitamos en Su Nombre…nos sería otorgado. ¿Qué nos cuesta, probar? ¡Pidamos todo en Su Nombre!… ¿y esperemos a ver qué pasa?… este experimento ¡No es malo!…al contrario, es bíblico…. El Señor dice en Malaquías 3:10….PROBADME AHORA EN ESTO… Algo importante que tenemos que tener en nuestra mente, es que NO TODO LO QUE PIDAMOS, NOS SERÁ OTORGADO. ¿Acaso tu preciosa mujer, le das todo a tu hijo a quien tu amas entrañablemente? ¡Por supuesto que no! Les damos lo que conviene, lo que es bueno para él, lo que le bendice; ¡así es Nuestro Padre!…Él nos da conforme su Perfecta Voluntad, lo que nos conviene.
La ofrenda tenía que ser degollada en la presencia de Jehová: Jesucristo tuvo que morir en la presencia de Jehová. Su muerte fue un acto de Dios y no de los hombres. Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento; porque la expiación tiene que ver con Dios. Nosotros deberíamos de sufrir «castigo» por nuestras faltas, nuestros delitos o nuestra culpa. Pero Dios en su infinito amor, ya tenía preparada desde la fundación del mundo… la salida, la solución al problema del pecado de la humanidad…. ¡LA ENTREGA DE JESUCRISTO EN SACRIFICIO en el lugar de nosotras! Por lo anterior es claro que nuestras vidas…. completitas… son una ofrenda en la Presencia de Dios.
La próxima semana, dialogaremos de otras tres características sobre las ofrendas…muy agradecida en lo profundo de mi corazón…porque todas ustedes…se han convertido en mis compañeras para escudriñar las Escrituras. ¡Y en ellas encontramos Palabras de Vida Eterna!. Muchas bendiciones a todas.