La Biblia no habla del Halloween. Sin embargo, un análisis del origen de esta celebración y las costumbres relacionadas con ella demuestra que está muy ligada a creencias falsas sobre los muertos y los espíritus malvados, o demonios. Estas costumbres se basan en creencias que carecen de fundamento bíblico, como aquella de que el alma es inmortal, que existe el purgatorio y que hay que orar por los muertos (Ezequiel 18:4).
Aunque muchas personas consideren que el Halloween es una diversión inofensiva, la verdad es que las prácticas asociadas a esta celebración no lo son. La Biblia dice claramente: «Nadie entre los tuyos deberá […] servir de médium espiritista o consultar a los muertos» (Deuteronomio 18:10-12, Nueva Versión Internacional). Y también advierte: «No quiero que ustedes tengan algo que ver con los demonios. Ustedes no pueden beber de la copa del Señor, y también de la copa de los demonios»
(1 Corintios 10:20, 21, Reina-Valera Contemporánea).
El origen del Halloween y sus costumbres
Origen del nombre
La palabra «Halloween» se define tradicionalmente como una forma acortada en lengua escocesa de la expresión inglesa Allhallow-even usada como tal por primera vez en el siglo XVI. Bajo la forma «Hallow-e’en» se encuentra atestiguada desde 1745. All Hallows’ Even, o también All Hallows’ Eve, era el antiguo nombre en inglés de la «víspera de todos los Santos», esto es, la víspera de la fiesta cristiana del 1 de noviembre.
«Hallow» es una forma en inglés -ya en desuso- para referirse a los santos, proveniente a su vez del anglosajón «haliga», «halga» que significa «santo», «santificar» o «consagrar». A su vez, «even» o «eve», también en desuso, designa la parte final del día, esto es, la víspera del día siguiente. Es, además, el nombre en inglés que reciben la vigilias de las fiestas litúrgicas del cristianismo.
Recientemente se ha reivindicado otro origen: la mesnie o mesnada, ejército, compaña o procesión de muertos. Según testimonio de Guillermo de Auvernia en el siglo XIII la procesión de difuntos se denominaba «vulgari gallicano Hellequin et vulgari hispanico exercitus antiquus» («en galicano Hellequini y en hispánico ejército antiguo o hueste antigua»). La etimología Hallows’ Eve para Halloween entonces ha de ser una interpretación erudita; nombre y contenido enlazan con el folklore de la Cacería salvaje, la Santa Compaña, la estantigua (estántiga10 en gallego y portugués).11 El término Halloween en sí mismo sería una derivación del nombre dado al capitán de esta procesión de muertos, que a su vez provendría de tradiciones antiguas del Norte de Europa; este nombre según esta teoría acabó derivando también en Arlequín.
Origen celta
Halloween según la teoría tradicional tiene su origen en una festividad céltica conocida como Samhain, que deriva del irlandés antiguo y significa fin del verano.13 Los antiguos britanos tenían una festividad similar conocida como Calan Gaeaf. En el Samhain se celebraba el final de la temporada de cosechas en la cultura celtaNota 1 y era considerada como el «Año nuevo celta», que comenzaba con la estación oscura.1415
Los antiguos celtas creían que la línea que une a este mundo con el Otro Mundo se estrechaba con la llegada del
Samhain, permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para evitar ser dañado.16
1 Timoteo 4:1: «Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.»
Otra práctica común era la adivinación, que a menudo implicaba el consumo de alimentos y bebidas, e incluso en Asturias se celebraban banquetes en las tumbas de antepasados.
Cuando tuvo lugar la ocupación romana de los dominios celtas la festividad fue asimilada por estos. Aunque ya se celebraban los últimos días de octubre y primeros de noviembre una festividad conocida como la «fiesta de la cosecha», en honor a Pomona (diosa de los árboles frutales), se mezclaron ambas tradiciones
Expansión a Norteamérica
En 1840 esta festividad llega a Estados Unidos y Canadá, donde queda fuertemente arraigada. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición durante la Gran hambruna irlandesa. Fueron ellos quienes difundieron la costumbre de tallar los jack-o’-lantern (calabaza gigante hueca con una vela dentro) [cita requerida], inspirada en la leyenda de «Jack el Tacaño».
Sin embargo, la fiesta no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921. Ese año se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego le siguieron otros estados. La fiesta adquirió una progresiva popularidad en las siguientes décadas.
La internacionalización de Halloween se produjo a finales de los años 1970 y principios de los 1980 gracias al cine y a las series de televisión. En 1978, se estrenaba en Estados Unidos y en el mundo entero Halloween, de John Carpenter; una película ambientada en la víspera de Todos los Santos que supuso una referencia para el cine de terror de serie B; con innumerables secuelas e imitaciones.
Así que halloween, de una forma que aparenta ser inofensiva, celebra las cosas que son usadas por el enemigo para causar daño. Bíblicamente, un cristiano no tiene razón para creer en fantasmas ni en zombis.
Actualidad
Hoy en día, Halloween es una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense. Algunos países iberoamericanos, conociendo aún esta festividad, tienen sus propias tradiciones y celebraciones ese mismo día, aunque coinciden en cuanto a su significado: la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos. En Europa son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido importar el modo con el que Estados Unidos concibe Halloween celebrándolo con fiestas y disfraces. Aunque en algunos lugares, como Inglaterra, la fiesta original ha arraigado de nuevo.
El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine estadounidense. La imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas.
En esa noche los espíritus visitaban las casas de sus familiares, y para que los espíritus no les perturbasen los aldeanos debían poner una vela en la ventana de su casa por cada difunto que hubiese en la familia. Si había una vela en recuerdo de cada difunto los espíritus no molestaban a sus familiares, si no era así los espíritus les perturbaban por la noche y les hacían caer entre terribles pesadillas.
Truco o trato
Originalmente el truco o trato (en inglés «Trick-or-treat») era una leyenda popular de origen céltico según la cual no solo los espíritus de los difuntos eran libres de vagar por la Tierra la noche de Halloween, sino toda clase de entes procedentes de todos los reinos espirituales. Entre ellos había uno terriblemente malévolo que deambulaba por pueblos y aldeas, yendo de casa en casa pidiendo precisamente «truco o trato». La leyenda asegura que lo mejor era hacer trato, sin importar el costo que este tuviera, pues de no pactar con este espíritu (que recibiría el nombre de jack-o’-lantern, con el que se conocen a las tradicionales calabazas de Halloween) él usaría sus poderes para hacer «truco», que consistiría en maldecir la casa y a sus habitantes, dándoles toda clase de infortunios y maldiciones como enfermar a la familia, matar al ganado con pestes o hasta quemar la propia vivienda. Como protección surgió la idea de crear en las calabazas formas horrendas, para así evitar encontrarse con dicho espectro (y con el tiempo, debido a la asociación mental entre el espíritu y las calabazas[cita requerida], el nombre de este sería dado a ellas, que es como son conocidas hoy día cuando llega esta fiesta).
Realmente, aunque se ha generalizado la traducción «truco» en castellano por el inglés «trick» y «trato» literalmente por «treat», en el caso del «Trick-or-treating» no se trata de un truco propiamente dicho sino más bien de un susto o una broma por lo que una traducción más exacta sería por ejemplo «susto o dulce» o «travesura o dulce».
En la actualidad, los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la puerta los niños pronuncian la frase «truco o trato», «truco o dulce» o «travesura o dulce» (proveniente de la expresión inglesa trick or treat). Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta.
En México existe una versión denominada Calaverita en la que los niños preguntan ¿Me da usted mi calaverita? en lugar de ¿Truco o Trato? refiriéndose a un dulce con forma de calavera.
El recorrido infantil en busca de golosinas probablemente enlace con la tradición neerlandesa de la Fiesta de San Martín
Durante la última noche del martes del año iraní, estos celebran una fiesta llamada Chaharshanbe Suri, o noche del fuego. Tradicionalmente, estos creen que los vivos fueron visitados por los espíritus de sus antepasados el último día del año Noruz. Muchas personas especialmente niños, se envuelven en sudarios simbólicamente recreando las visitas. A la luz de la hoguera, corren por las calles golpeando en ollas y sartenes con cucharas llamadas Gashog-Zani para vencer el último miércoles desafortunado del año, mientras llaman a las puertas para pedir golosinas. De hecho, Halloween es una variación celta de esta noche. Esta es una antigua fiesta de Irán, Azerbaiyán, Iraq, Afganistán, Tayikistán y Turquía y la fecha se remonta al menos 1.700 a.C