Pastor Israel Teo Flores
Iglesia de Dios del Evangelio Completo
Hablar de fetichismo, no es nada nuevo, más bien, es una cuestión primitiva de carácter espiritual y religiosa, la naturaleza principal de esta idea o su significado es considerar que ciertos objetos inanimados poseen poderes mágicos y que se les puede rendir culto o atribuciones de veneración o adoración, Gustavo Bueno, en relación al tema, comenta «Que el fetichismo, por su efecto en el sentido dicho, tiende siempre a extenderse por el ámbito mismo de la religión»
Ahora bien, en el contexto cristiano, el fetichismo también ha sido muy común en la mayoría de iglesias cristianas, muchos miembros en calidad de sentirse satisfechos en su práctica religiosa, realizan ciertos elementos, que según ellos, puede ayudar a solucionar determinado problema, Jesús dio un principio valedero, que puede servir en cuanto a este tema; «Nadie puede servir a dos señores…» (Mateo 6:24), el reto de este principio y la pregunta a la vez, seria; ¿se cree en la fe puesta en Dios o en un fetiche?, El profeta Isaías dice, yo Jehová este es mi nombre y a otro no daré mi gloria, ni alabanzas a esculturas. (Isaías 42:8).
El fetichismo tanto antiguo como moderno, está relacionado a creencias ancestrales y paganas que se practicaron en diferentes civilizaciones, y nunca tuvieron la aprobación de Dios, entre algunos fetiches, hoy, que se tienen, están por ejemplo: Los llamados secretos, mal agüero, ritos, amuletos supersticiones, horóscopos, simbolismo, adivinación, talismán penitencias sortilegios conjuros y magias. Etc. Estas prácticas, muchas veces se han introducido de manera sutil al cristianismo verdadero, de acuerdo a encuestas hechas por expertos, el cristiano evangélico promedio está acogiendo más lo místico, han dejado entrar distintos tipos de estrategias que han dado resultado para atraer más personas a sus congregaciones usando sal, vino, agua y aceite , por lo visto, muchas congregaciones de línea evangélica, han caído en este dilema, alimentado la obsesión y el misticismo, dejando a un lado la fe y recurriendo a la práctica del fetiche, entre ungimientos a objetos por aceites, aguas benditas, entre otros.
Entre las finalidades en muchos cristianos que promueven y practican el fetiche, está la fortuna, los miedos y la fama religiosa, todo haciéndolo entre comillas, en el nombre de Jesús. Es lamentable que muchas personas que profesan la fe cristiana han caído en estás artimañas, engañando y siendo engañados, donde la susceptibilidad y las emociones se ponen en juego, citando de nuevo a Gustavo Bueno, añade lo siguiente, «Estos artículos religiosos, según, sirven para curar enfermedades, encontrar el trabajo deseado, conquistar el amor, abandonar los vicios. Son entregados de forma pagada, gratuita o voluntaria, pero en un persuasivo contexto de recolección de ofrendas».