Si se anunciase que el agua del grifo es tóxica para la salud, se hablaría de una alerta sanitaria que abriría todas las portadas. Si se descubriese una partida de alimentos en mal estado, los consumidores pedirían su retirada inmediata. Agua, alimentos y aire son elementos fundamentales para la vida. Pero, a diferencia de los dos primeros, se sigue respirando un aire contaminado sin que se tomen medidas suficientes para proteger la salud y la del entorno.
Por la semana donde se celebra al Día Mundial del Medioambiente, Naciones Unidas advierte de la magnitud de este problema de salud pública, afirmando que 9 de cada 10 habitantes del planeta respiran aire contaminado.
La contaminación del aire puede ser producto de factores naturales como emisiones de gases y cenizas volcánicas, el humo de incendios, el polvo y el polen y esporas de plantas, hongos y bacterias. Sin embargo, la contaminación derivada de las actividades del ser humano, llamada contaminación antropogénica, es la que representa el riesgo más grave para la estabilidad de la biosfera en general.
Las principales fuentes de contaminación que perjudican la calidad del aire son los procesos industriales que implican combustión, automóviles, calefacciones residenciales, entre otras.
El índice de calidad del aire es una cifra que proporcionan las autoridades de una zona, normalmente urbana, y que refleja las cantidades de contaminantes presentes en el aire. Cuando la calidad del aire es buena -tiene pocos contaminantes-, las personas pueden respirarlo indefinidamente sin que su salud se vea afectada.
Cuando es mala pueden darse irritaciones oculares, todo tipo de problemas respiratorios e incluso cardíacos. Si la calidad del aire baja (o, por las condiciones atmosféricas, se prevé que pueda bajar) de unos límites (que son distintos en cada país), las autoridades pueden tomar medidas como prohibir la circulación de todos los vehículos que emitan contaminación, de algunos de ellos, prohibir la práctica de deporte al aire libre o recomendar el uso de mascarillas, como sucede en China.
Calidad del aire de Guatemala
En el caso de Guatemala, según el Informe anual de la calidad del aire 2017, elaborado por el Laboratorio de Monitoreo del Aire, del Departamento de Análisis Inorgánico de la Escuela de Química de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad de San Carlos (Usac), las seis estaciones de monitoreo en lugares de alta densidad vehicular reportan el mayor grado de contaminación.
Las estaciones se encuentran en el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (Incap), zona 11; en el Museo de la Universidad de San Carlos, zona 1; Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media, zona 12; y en la calzada San Juan, 11-95, zona 7.
Ricardo Menéndez, de la Pediatría del Hospital Roosevelt, indicó que en el área de El Trébol se ve que policías de tránsito y vendedores pasan sentados y expuesto a grandes cantidades de contaminantes, lo cual puede provocar anemia aplásica -trastorno de la sangre que provoca que la médula ósea no produzca suficientes células nuevas- y desencadenar ataques de asma o bronquiolitis en niños pequeños.
Pablo Oliva, del Departamento de Análisis Inorgánico de la Usac, señaló que el laboratorio no tiene equipo de medición continua, sino que lo lleva al lugar y, de acuerdo con el contaminante, se hacen mediciones durante 24 horas y sacan un promedio, o bien se mide por mes.
Explicó que los contaminantes medidos son materiales particulados en suspensión, sólido y líquido, que por su tamaño quedan suspendidos en el aire y representan un riesgo para la salud cuando se aspiran.
Oliva señaló que la mayoría de esos contaminantes son producidos por el ser humano, como los generados por la quema de combustible en el uso de vehículos, y otros son naturales, como el polvo o erupciones volcánicas.
El informe de la calidad del aire analiza las partículas menores a 2.5 micras, dióxido de azufre por difusión activa (SO2), dióxido de nitrógeno por difusión pasiva (NO2) y sedimentación ácida.
El contaminante que más supera el valor guía sugerido por la OMS -un límite de 10 microgramos por metro cúbico por año para ese tipo de partículas- es el material particulado menor a 2.5 micras, ya que el 69 por ciento de las mediciones superaron este valor.
De las seis estaciones donde se evaluó el dióxido de nitrógeno, el 31 por ciento de las mediciones supera el valor de la OMS, 41 microgramos por metro cúbico al año. Según la OMS, hasta 6.7 millones de muertes prematuras en el mundo se deben a la exposición al aire contaminado.
Según las cifras, las 6:00 de la mañana es la hora con mayor contaminación, esto debido a la alta carga vehicular que se concentra en este punto y se moviliza a distintos destinos dentro de la ciudad.
Consecuencias
«La Organización Mundial de la Salud establece valores guía para 24 horas, se debe hacer la evaluación y ver cuál es el resultado y se compara con las guías de la OMS. Estos valores para Material Particulado en Suspensión son 50 microgramos por metro cúbico para PM10 y 25 microgramos por metro cúbico para PM2.5», explica Edgar del Pozo, experto en la temática
Guatemala está entre las ciudades con más altos grados de contaminación ambiental, según datos presentados este jueves por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Ginebra, Suiza.
El estudio informa que ocho de cada diez personas que vive en zonas urbanas respira aire con niveles de contaminación que supera los límites recomendados, notoriamente más grave en países de ingresos medios y bajos.
En este último grupo de países, el 98 por ciento de ciudades con más de 100 mil habitantes no cumple con las normas internacionales en materia de calidad del aire, mientras que en los países ricos ese porcentaje se reduce al 56 por ciento.
De su medición por países y considerando un límite de 10 microgramos por metro cúbico por año para ese tipo de partículas, algunas de las ciudades con mayores niveles de contaminación del aire en Latinoamérica son Lima, Perú, con 51 microgramos; La Paz, Bolivia, con 44 microgramos; Guatemala con 41 microgramos y Tegucigalpa con 36.
Santiago de Chile figura con 29 microgramos por metro cúbico al año, Venezuela con 25, Bogotá con 24, Ciudad de México con 20, Quito con 18 y Cali, Colombia, con 17.
La OMS atribuye más de 7 millones de muertes al año a la contaminación del aire, causada por la elevada concentración de partículas pequeñas y finas que provocan diversas enfermedades -cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias- y aumenta el riesgo de derrame cerebral y cardiopatía.
«En la mayoría de los países pobres la calidad del aire está empeorando y esto se ha convertido en una tendencia, mientras que se observa lo contrario en los países con mayores ingresos», declaró el coordinador del Departamento de Salud Pública y sus Determinantes Sociales y Ambientales de la OMS, Carlos Dora.
Si se hace una extrapolación de los datos se puede sostener que más de la mitad de la población urbana vive en ciudades con un nivel de contaminación 2.5 veces mayor al recomendado y que sólo el 16 % respira un aire que cumple con las normas.
Estos son algunos de los hallazgos más relevantes de la base de datos sobre contaminación ambiental presentada por la OMS, que incluye informaciones de 3 mil ciudades en 103 países, lo que supone la mayor compilación de datos efectuada hasta el momento.
Recomendaciones
El informe recomienda tomar acciones para contrarrestar o disminuir los incendios forestales, controlar emisiones provocadas por actividades agrícolas, evitar la quema de basura, asfaltar, pavimentar o adoquinar calles de tierra en centros urbanos.
Además, revisar los vehículos, para disminuir al máximo la emisión de contaminantes atmosféricos.
Promover e implementar la iniciativa del reglamento de emisiones contaminantes provenientes de vehículos automotores preparada por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales.
El médico Ricardo Menéndez recomienda que se tomen en cuenta las advertencias de la OMS respecto del uso de leña en las cocinas de los guatemaltecos, principalmente de la provincia, ya que las mujeres y niños pequeños se exponen a estos contaminantes, lo que los predispone a infecciones y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
A su vez la OMS ha generado múltiples programas para hacer que el consumo de cualquier bien o servicio sea sostenible, es decir, que su impacto ambiental no sea irreversible y dañino para el entorno que rodea a ese consumo.
«Investigar sobre el impacto del CO2 generado por las actividades humanas puede ser una buena vía para sensibilizarse sobre el tema, y poder entender la dimensión global de acciones individuales», explicó Gloria Díaz, experta del departamento de ambiente de la OMS.
Todo inicia con la aplicación de la empatía hacia toda actividad humana realizada, intentado así ponerse en los zapatos de la tierra, y en las personas que aún están por venir. «La idea es que el planeta dure para muchas generaciones más, que logren disfrutar la riqueza natural y comprender la importancia de la preservación de ella», concluyó Díaz.